Sofía y su amigo fiel



Había una vez una niña llamada Sofía que vivía en un pequeño pueblo. Un día, mientras caminaba por la calle, vio a un perrito abandonado y triste. Sin dudarlo, se acercó a él y lo acarició.

El perrito movió la cola y le lamió la mano agradecido. -¡Pobrecito! ¿Dónde estarán tus dueños? -se preguntó Sofía. El perrito la miraba con ojos llenos de esperanza, como si supiera que ella podía ayudarlo.

Sin pensarlo dos veces, Sofía decidió llevárselo a casa. Al llegar a su hogar, sus padres se sorprendieron al ver al nuevo amigo de cuatro patas de Sofía. -¿Qué haremos con él? No podemos quedarnos con otro perro en casa -dijo su mamá preocupada.

-Por favor, mamá. Miren lo triste que está. Prometo cuidarlo yo misma -respondió Sofía con ojitos brillantes.

Después de mucha insistencia por parte de Sofía y unas cuantas lamidas cariñosas del perrito hacia sus nuevos dueños, finalmente aceptaron darle un hogar temporal mientras buscaban a sus verdaderos dueños. Sofía bautizó al perrito como —"Rocky"  y juntos pasaron días maravillosos. Lo bañaba, le enseñaba trucos nuevos y jugaban en el jardín hasta caer exhaustos de felicidad.

Un mes después, no habían encontrado a los dueños originales de Rocky. Sus padres le explicaron a Sofía que tal vez nadie vendría por él y tendrían que llevarlo a un refugio para encontrarle un nuevo hogar definitivo.

Sofia se entristeció al pensar en separarse de su amigo animal pero entendió que era lo mejor para Rocky. Esa noche durmió abrazada a él como nunca antes lo había hecho.

Al día siguiente, cuando estaban por partir hacia el refugio, llegó corriendo un señor desesperado buscando a su perro perdido: ¡Era el dueño original de Rocky! -¡Gracias! ¡Muchas gracias por cuidarlo! Se me escapó hace semanas y no sabíamos qué hacer sin él -dijo el hombre emocionado mientras abrazaba a Rocky con fuerza.

Sofia sintió una mezcla de alegría y tristeza al mismo tiempo. Estaba feliz porque Rocky regresaba con su familia pero también sentía nostalgia por todo el tiempo compartido juntos.

El hombre notó la conexión especial entre Sofia y Rocky e hizo algo inesperado:-¿Te gustaría venir a visitarlo siempre que quieras? Veo lo feliz que ha sido contigo estos días y creo que les hará bien verse seguido -propuso amablemente.

Los ojos de Sofia se iluminaron ante esa propuesta tan generosa. Aceptó sin dudarlo y prometió seguir siendo parte de la vida de Rocky para siempre. Desde ese día en adelante, Sofia visitaba regularmente a Rocky en su casa junto a su nueva familia humana.

Aprendió sobre la importancia del amor incondicional entre humanos y animales; comprendiendo que aunque las despedidas duelen, siempre hay espacio para nuevos comienzos llenos de cariño y esperanza.

FIN.

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