Sofía y su brillo interior


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una niña llamada Sofía. Sofía era muy tímida y siempre se sentía insegura de sí misma.

No creía en sus habilidades y pensaba que no era lo suficientemente buena en nada. Un día, la maestra de Sofía anunció que habría un concurso de talentos en la escuela. Sofía se emocionó al principio, pero luego su baja autoestima volvió a aparecer.

Pensaba que nunca podría ganar porque los demás niños eran mucho mejores que ella en todo. -¡No puedo hacerlo! -se lamentaba Sofía ante su amiga Clara. -¡Claro que puedes, Sofi! Solo necesitas creer en ti misma -le respondió Clara con una sonrisa.

Sofía decidió seguir el consejo de su amiga y comenzó a practicar para el concurso de talentos. Intentó cantar, bailar e incluso contar chistes, pero siempre sentía que no lo hacía bien.

Una tarde, mientras paseaba por el parque del pueblo, vio a un anciano alimentando a los pájaros.

Se acercó tímidamente y le preguntó:-Disculpe señor, ¿cómo hace para tener tanta paciencia? El anciano sonrió y le respondió: "La paciencia viene cuando aprendes a aceptarte tal como eres y disfrutas cada momento sin compararte con los demás". Las palabras del anciano resonaron en el corazón de Sofía. Se dio cuenta de que había estado tan ocupada comparándose con los demás que no había apreciado sus propias cualidades.

Decidió cambiar su forma de pensar y empezar a valorarse a sí misma. El día del concurso de talentos llegó y Sofía subió al escenario temblando de nervios.

Miró a su alrededor y vio a su familia y amigos animándola desde la primera fila. Respiró hondo y cerró los ojos por un instante. Cuando abrió los ojos, algo mágico sucedió. Una sensación de confianza invadió su ser y comenzó a cantar una hermosa canción que ella misma había compuesto.

Su voz resonaba clara y melodiosa en todo el salón. Al finalizar la canción, el público estalló en aplausos y ovaciones.

Sofía sintió una felicidad indescriptible al darse cuenta de que no necesitaba compararse con nadie más; ella era única e increíble tal como era. Desde ese día en adelante, Sofía se convirtió en un ejemplo para todos en Villa Esperanza. Demostrando que cuando uno cree en sí mismo, puede lograr cualquier cosa que se proponga.

Y así, la niña de baja autoestima logró superar sus miedos y convertirse en la persona segura y valiente que siempre estuvo destinada a ser.

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