Sofía y su Sueño de Ser Doctora



Sofía era una niña de 9 años que vivía en el bello puerto de Valparaíso. Desde pequeña, le encantaba ayudar a los demás. Siempre que veía a un amigo o un familiar con una herida o un resfriado, corría a ayudar, trayendo pañuelos, agua y un montón de abrazos. Pero había algo más: Sofía soñaba con ser doctora.

Un día, mientras caminaba junto al mar, Sofía vio a un grupo de médicos en una actividad comunitaria, ofreciendo chequeos y consultas gratuitas. Ella se acercó con curiosidad.

"Hola, ¿qué están haciendo?" - preguntó.

"Estamos ayudando a la gente a cuidar su salud," - respondió una doctora con una sonrisa. "¿Te gustaría saber cómo?"

Sofía asintió con los ojos brillantes. Desde ese día, comenzó a ir a todas las actividades de salud que podía. Un sábado, mientras ayudaba, conoció a Lucas, un niño de su escuela.

"¿Qué haces aquí, Sofía?" - le preguntó.

"Vengo a aprender sobre cómo ser doctora," - contestó ella.

"¿De verdad? ¡Eso es genial! Yo quiero hacer videojuegos," - dijo Lucas emocionado.

"Tal vez puedas hacer un videojuego sobre doctores," - sugirió Sofía. "Sería divertido y educativo."

Lucas pensó un momento y sonrió. "¡Tenés razón!"

Así, ambos decidieron trabajar juntos. Sofía se dedicaba a ayudar y aprender sobre salud, mientras Lucas comenzaba a dibujar personajes y escenarios para su juego. Durante las semanas siguientes, Sofía acumuló mucha información: cómo hacer una curación, la importancia de lavarse las manos y hasta cómo orientar a la gente sobre una alimentación saludable.

Un día, mientras se preparaban para presentar su videojuego en la feria escolar, un giro inesperado ocurrió. La madre de Lucas se había resbalado y se había lastimado el tobillo. Sofía, sin pensarlo, corrió a ayudarla.

"¡No te preocupes! Estoy aquí, solo necesito que mantengas el pie en alto," - le dijo Sofía con calma, mientras Lucas la miraba fascinado.

"¿Sofía, sabías que tenías tanta habilidad?" - preguntó Lucas.

"No lo sé, solo hice lo que pensé que era correcto. Todos deberían saber lo básico para ayudar a otros," - respondió ella.

Después de ayudar a la madre de Lucas, ambos finalmente presentaron su videojuego en la feria escolar. Con ayuda de Sofía, el videojuego no solo presentaba aventuras divertidas, sino que también enseñaba a los niños sobre temas de salud, como cómo actuar en caso de un accidente y la importancia de vivir de forma sana.

Los jueces de la feria escolar quedaron impresionados y premiaron a Sofía y Lucas por su ingeniosa presentación. Luego del anuncio del jurado, niños y adultos aclamaron el juego de los dos amigos.

"¡Increíble trabajo, Sofía!" - dijo su maestra. "Creo que tienes un futuro brillante en la medicina."

Sofía se sonrojó, pero sintió una alegría inmensa. "Gracias, pero no lo hice sola. Lucas también fue parte de esto."

Castigados a trabajar juntos, Sofía y Lucas continuaron creando más contenidos para su videojuego. Hicieron más presentaciones y, a medida que pasaba el tiempo, el juego se volvió popular en la escuela y más allá. Los niños adoraban jugar y aprender al mismo tiempo.

Unos meses después, con el apoyo de sus padres y maestros, Sofía comenzó a asistir a un taller de ciencias en su escuela, donde se les enseñaba sobre la anatomía y el cuidado de la salud. En el lugar, conoció a otros niños que también soñaban con ser médicos, enfermeras o investigadores.

"Hola, mi nombre es Pablo. ¿Tú quieres ser doctora, verdad?" - le preguntó uno de ellos.

"Sí, quiero ayudar a la gente como lo hacen los médicos que vi en la actividad de salud," - respondió Sofía.

"Yo quiero ser investigador y descubrir nuevas medicinas," - dijo Pablo emocionado.

Esa conversación hizo que Sofía se sintiera más segura sobre su sueño. Era emocionante ver que no estaba sola en su camino. Con cada semana que pasaba, su pasión crecía, y comenzó a soñar más grande: organizar ferias de salud en su barrio, donde la comunidad pudiera aprender sobre prevenir enfermedades y mejorar su salud.

El tiempo pasó, y Sofía entendió que ser doctora no era solo un título, sino una responsabilidad y un privilegio para ayudar a los demás. Así que mientras trabajaba con Lucas en su videojuego, se prometió a sí misma que nunca dejaría de aprender y que siempre buscaría hacer del mundo un lugar mejor para todos.

Y así, soñando alto con un corazón lleno de amor, Sofía dio sus primeros pasos hacia la vida que siempre había querido, sabiendo que, con esfuerzo y dedicación, sus sueños se harían realidad en Valparaíso, en cada niño y adulto que ayudara en el camino.

FIN.

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