Sofía y sus amigos del mar
Había una vez en un bosque encantado, una pequeña niña llamada Sofía. Sofía tenía ricitos de oro y unos ojos azules tan brillantes como el cielo.
A ella le encantaba explorar la naturaleza y descubrir todos los secretos que escondían los rincones del bosque. Un día, mientras caminaba por el bosque, llegó a un hermoso lago cristalino. Sofía se acercó al borde del agua y vio a los peces nadando felices y saltando entre las olas.
La niña sintió una emoción tan grande que decidió que quería cruzar el lago para ver qué había al otro lado. Pero justo cuando estaba por meterse en el agua, sintió miedo.
Sofía nunca había aprendido a nadar y el pensamiento de sumergirse en el lago la asustaba mucho. Se quedó paralizada mirando fijamente las aguas tranquilas, preguntándose cómo podría superar su temor.
En ese momento, un delfín curioso asomó su cabeza fuera del agua y se acercó a Sofía con una sonrisa amigable. "-Hola, soy Delfiño", dijo el delfín con entusiasmo. "-¿Por qué estás tan triste? ¿Puedo ayudarte en algo?". Sofía levantó la mirada sorprendida al ver al simpático delfín frente a ella.
"-Hola Delfiño", respondió tímidamente la niña. "-Quiero cruzar este lago, pero tengo miedo de nadar". Delfiño movió su cola con alegría y le dijo: "-¡No te preocupes! ¡Yo te ayudaré a cruzar!".
En ese momento, otros animales acuáticos como Tortuguita, Pato Quack y Pececito Saltarín se acercaron para ofrecer su ayuda también. Los animales formaron juntos un plan para ayudar a Sofía a superar su miedo al agua.
Delfiño se comprometió a llevarla sobre su espalda mientras Tortuguita nadaba cerca para darle ánimo, Pato Quack le cantaba canciones divertidas y Pececito Saltarín hacía piruetas bajo el agua para entretenerla.
Con valentía y confianza en sus nuevos amigos acuáticos, Sofía finalmente se lanzó al agua agarrada fuertemente de Delfiño. Al principio sintió miedo, pero poco a poco fue relajándose al sentir el apoyo de sus amigos animales.
Al llegar al otro lado del lago, Sofía salió del agua radiante de felicidad y emoción por haber vencido su temor gracias a la ayuda desinteresada de sus nuevos amigos acuáticos. Desde ese día en adelante, la pequeña niña disfrutaba enormemente de nadar y jugar en el agua sin ningún tipo de miedo.
Y así concluyó esta maravillosa aventura donde una pequeña niña descubrió que con valentía, apoyo mutuo y amistad sincera no hay obstáculo imposible de superar.
FIN.