Sofía y sus Palabras Mágicas



Su nombre era Sofía, y desde pequeña siempre había sentido fascinación por las historias que podía crear su mente.

Un día, al ver un cartel en la biblioteca sobre un taller literario para niños, no dudó ni un segundo en apuntarse. Al llegar a la primera clase, se encontró con otros niños de su edad y una maestra muy amable llamada Clara. La clase estaba decorada con libros de colores y lápices de todos los tamaños.

Sofía se sentó emocionada, lista para comenzar esta nueva aventura. - ¡Hola chicos! Soy Clara y seré su maestra en este maravilloso viaje por el mundo de las palabras -dijo con entusiasmo-. Hoy vamos a empezar creando nuestro propio cuento.

¿Quién quiere contar el primero? Sofía levantó tímidamente la mano, sintiendo mariposas en el estómago. Nunca antes se había atrevido a compartir sus escritos con otras personas. - Yo puedo empezar -dijo con determinación.

Clara asintió animadamente y Sofía comenzó a narrar una historia sobre un valiente caballero que debía rescatar a una princesa encerrada en lo alto de una torre. Los demás niños escuchaban atentamente, maravillados por la creatividad de Sofía.

- ¡Qué historia tan emocionante! -exclamó Clara al terminar-. Ahora es turno de Pablo. ¿Qué nos tienes preparado? Así pasaron las semanas, cada niño compartiendo sus cuentos e ideas mientras aprendían juntos sobre estructuras narrativas, personajes memorables y diálogos interesantes.

Sofía se fue soltando más y más con cada clase, ganando confianza en sí misma y en su capacidad para escribir. Un día, Clara propuso un desafío especial: escribir un cuento colaborativo entre todos los niños del taller.

Cada uno tendría que agregar una parte de la historia siguiendo el hilo conductor propuesto por el anterior. La emoción invadió el salón mientras los niños iban construyendo juntos un relato lleno de giros inesperados y personajes únicos.

Al finalizar la clase, tenían entre manos un cuento tan increíble que decidieron presentarlo en la feria del libro del colegio.

El día de la feria llegó y los padres orgullosos miraban cómo sus hijos leían en voz alta aquel cuento que habían creado juntos. Sofía sonreía radiante al ver cómo algo que había nacido de su curiosidad se convertía en algo tan especial para todos.

Desde ese día, Sofía supo que la curiosidad era su mejor aliada para seguir explorando mundos nuevos a través de las letras, siempre lista para escribir nuevas historias llenas de magia y creatividad.

FIN.

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