Sofía y Timoteo en la selva



Sofía y Timoteo eran dos hermanos muy curiosos y aventureros. Una noche, cuando se suponía que debían estar durmiendo, decidieron esconderse en la sabana de su cama para jugar a las escondidas.

Pero algo extraño pasó mientras estaban allí. De repente, todo a su alrededor se volvió oscuro y silencioso. Cuando abrieron los ojos, descubrieron que ya no estaban en su habitación, sino en una densa selva llena de árboles altos y exóticos animales.

- ¿Dónde estamos? -preguntó Sofía con asombro. - No lo sé -respondió Timoteo-, pero parece que nos hemos metido en un gran problema. Los niños comenzaron a caminar por la selva buscando alguna señal de ayuda o una salida.

Pero pronto se dieron cuenta de que estaban perdidos. La noche era oscura y no podían ver mucho más allá de sus narices. - ¿Y ahora qué hacemos? -preguntó Sofía con miedo.

- Primero tenemos que encontrar un lugar seguro donde pasar la noche -dijo Timoteo-. Después podemos buscar una forma de salir de aquí. Después de caminar durante un rato largo, encontraron una cueva grande donde podrían dormir sin peligro.

Al entrar, descubrieron que había algo extraño dentro: unas luces brillantes y pequeños sonidos como si alguien estuviera hablando en otro idioma. De repente, apareció ante ellos un ser muy extraño: era verde, tenía antenas largas y grandes ojos negros.

Los niños gritaron asustados al principio, pero luego se dieron cuenta de que no era un monstruo peligroso, sino un ser amistoso y curioso. - Hola -dijo el ser con voz suave-, ¿qué hacen aquí? - Estamos perdidos en la selva -respondió Timoteo-.

No sabemos cómo volver a casa. El ser verde les explicó que estaba allí para ayudarlos y los llevó por un camino seguro hacia una aldea cercana donde vivía su tribu.

En la aldea, los niños conocieron a más seres extraños como el verde y aprendieron muchas cosas nuevas sobre la naturaleza. Poco a poco, Sofía y Timoteo comenzaron a sentirse más cómodos en la selva.

Aprendieron a construir sus propias casas con ramas y hojas, a buscar comida en los árboles frutales y a hacer fuego sin fósforos. Un día, mientras estaban caminando por el río cercano, encontraron un bote abandonado. Decidieron utilizarlo para explorar más allá de la selva.

Pero pronto descubrieron que habían sido atrapados por una corriente fuerte que los alejaba cada vez más lejos de casa. - ¡Estamos perdidos otra vez! -gritó Sofía con miedo. - No te preocupes -respondió Timoteo-, hemos sobrevivido antes. Podemos encontrar una manera de salir de esta situación también.

Después de navegar durante horas sin rumbo fijo, finalmente vieron algo en el horizonte: era un barco grande con bandera argentina. Los niños gritaron desesperados pidiendo ayuda y fueron rescatados por los marineros del barco.

Cuando llegaron a casa, Sofía y Timoteo se dieron cuenta de que habían aprendido muchas cosas importantes en la selva. Habían descubierto su propia fuerza y coraje, y habían aprendido a sobrevivir en un ambiente completamente desconocido.

Desde entonces, los niños nunca volvieron a esconderse en la sabana de su cama, pero siempre recordaban con cariño su aventura en la selva.

FIN.

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