Sol y el Misterio de CJG



Era un día hermoso en la ciudad de Brilloville. El sol brillaba y los pájaros cantaban. Justo en ese momento, Sol, una chica con una gran sonrisa y una curiosidad insaciable, decidió salir a explorar el parque de su barrio. Mientras paseaba entre los árboles y las flores, vio a un grupo de chicos jugando a la pelota. Allí estaba CJG, un chico que siempre le había llamado la atención. Tenía una risa contagiosa y una energía que iluminaba el lugar.

Sol, animada por su valentía, se acercó al grupo.

- ¡Hola! - dijo Sol, sonriendo.

- ¡Hola! Vení a jugar - respondió CJG, invitándola a unirse.

Sol nunca había jugado a la pelota, pero la energía de CJG la hizo sentir que podía intentarlo. A medida que jugaban, se reían, se caían y se ayudaban mutuamente. Sol se dio cuenta de que no solo disfrutaba el juego, sino también de estar con CJG.

Un día, mientras paseaban por el parque, Sol decidió que quería contarle a CJG cómo se sentía.

- CJG, hay algo que tengo que decirte... - comenzó, nerviosa.

- ¿Qué pasa Sol? - preguntó él, mirándola con atención.

- Me gustás - confesó ella, sintiendo que su corazón latía a mil por hora.

- Yo también pienso que sos genial, pero... - dijo CJG, mirando hacia el suelo.

Eso llenó a Sol de confusión. ¿Por qué dudaba CJG?

Entonces, CJG explicó que a veces, la amistad era más importante que tener una relación. No quería arriesgar lo que tenían.

- No quiero perderte como amiga, Sol - agregó CJG.

- A veces creo que las cosas pueden ser diferentes y eso me da miedo - comentó Sol.

Sol, aunque un poco desilusionada, decidió que lo importante era la amistad. Así que continuaron pasándola bien juntos, pero en su mente, la duda seguía presente.

Unos días después, el maestro de arte de la escuela, el Señor Ramírez, anunció una competencia para crear un mural que represente la amistad. Sol vio esto como una oportunidad para expresar lo que sentía. Cuando le contó a CJG sobre la competencia, él se mostró interesado.

- ¡Vamos a hacerlo juntos! - propuso CJG, emocionado.

- ¡Sí! Eso es una gran idea - asintió Sol, sintiendo que su corazón se llenaba de alegría.

Durante las semanas que siguieron, Sol y CJG trabajaron codo a codo, pintando y chisporroteando colores en un enorme panel. Disfrutaban cada momento, creando formas y dibujos que representaban su amistad. Las risas y los sueños compartidos eran el motor de su trabajo.

Finalmente, llegó el día de la presentación. Todos los chicos del colegio estaban ansiosos. Sol se sintió un poco nerviosa, pero CJG le puso el brazo en el hombro y dijo:

- Cualquiera sea el resultado, ¡lo hicimos juntos! Eso es lo que importa.

Cuando llegó el momento de mostrar su mural, fue un éxito rotundo. Todos aplaudieron y el jurado eligió su obra como la mejor. Sol y CJG recibieron un reconocimiento, pero lo más valioso para Sol fue la forma en que se sintió al crear algo tan especial junto a su amigo.

Después de la competencia, se sentó con CJG en un banco del parque, aún bajo la luz del crespúsculo.

- Lo mejor de todo fue hacer esto con vos - dijo Sol, con sinceridad.

- Sí, y creo que la amistad es un regalo muy valioso - respondió CJG, sonriendo.

Desde aquel día, Sol y CJG fortalecieron su amistad, disfrutando cada momento juntos y aprendiendo que lo más importante no siempre es el amor de pareja, sino apreciar lo que cada uno aporta a la vida del otro. Pasaron a ser inseparables, creando un vínculo que perduraría con el tiempo, marcado por colores, risas y aventuras. Así, Sol entendió que a veces, los mejores cuentos de amor son aquellos que se tejen en la base de la amistad verdadera.

FIN.

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