Sonrisas de Xandar



En un rincón remoto del universo, el planeta Xandar brillaba con colores vibrantes y texturas inusuales que danzaban bajo un cielo multicolor. Los xandarianos, seres de diferentes tamaños y formas, llevaban vidas pacíficas, lejos de la envidia y el descontento.

Un día, un pequeño xandarianos llamado Tiko, que tenía un pelaje azul eléctrico y grandes ojos como dos estrellas, decidió que quería crear la sonrisa más grande del planeta. Tiko tenía un sueño: hacer que todos los xandarianos se sintieran felices y queridos. Pero como en todos los lugares, no todo era perfecto.

Mientras Tiko imaginaba su gran sonrisa, vio a su amiga Lura, una xandarian que podía cambiar de color, mirando hacia el suelo con una expresión triste.

"¿Qué te pasa, Lura?" - preguntó Tiko, acomodándose frente a ella.

"Oh, Tiko... hoy me siento un poco gris... No puedo encontrar mi color favorito y sin eso, no puedo sonreír por completo.” - explicó Lura, eligiendo sus palabras con cuidado.

Tiko pensó y pensó.

"Vamos a buscarlo juntos. Estoy seguro de que lo encontraremos en alguna parte de Xandar" - afirmó con determinación.

Los dos amigos comenzaron su travesía a través de los campos burbujeantes y las montañas de caramelo. En su camino, se encontraron con un grupo de xandarianos color fucsia que estaban construyendo un puente que uniera dos islas flotantes.

"¿Qué hacen?" - preguntó la curiosa Lura.

"Queremos que todos puedan cruzar y compartir risas y juegos, pero no tenemos el color adecuado para terminarlo" - respondió uno de ellos, mientras miraba el puente sin terminar.

"Yo puedo ayudarles a encontrarlo!" - exclamó Tiko. Y así, con la ayuda de Lura, fueron en busca del color mágico que haría que el puente brillara.

Mientras viajaban, llegaron a un hermoso lago que reflejaba el cielo. Allí, conocieron a un viejo xandariano, Sabio, que sabía de todos los secretos del universo.

"Sabio, ¿has visto el color del que hablamos?" - inquirió Lura, todavía un poco preocupada.

"Oh, sí. Pero no es sólo un color. El color que buscan se encuentra en el corazón de quienes son felices" - respondió el sabio, con una voz suave y amable.

Tiko y Lura se miraron confundidos.

"¿Cómo podemos encontrar eso?" - preguntó Tiko.

"Haz reír a los que te rodean y verás cómo la alegría llena sus corazones. El color aparecerá por sí solo" - dijo Sabio con una sonrisa.

Motivados por las palabras del viejo, Tiko y Lura decidieron organizar un festival de risas. Reunieron a todos los xandarianos y comenzaron a contar chistes, bailar y jugar.

Poco a poco, los colores empezaron a brillar en los rostros de todos. Lura, sintiéndose feliz, se dio cuenta de que su color favorito había regresado. Con cada risa, el puente se iluminaba más y más, hasta que se transformó en un arcoíris deslumbrante que conectaba las islas.

"¡Miren! ¡Lo logramos!" - gritó Tiko.

"El color de la sonrisa es increíble, Tiko! ¡Gracias!" - sonrió Lura.

Para todos fue un día memorable. El puente quedó terminado, y el festival se convirtió en una tradición. Desde ese día, los xandarianos comprendieron que la felicidad se compartía y se crecía juntos, convirtiendo sus almas en la paleta de colores más hermosa del universo.

Tiko y Lura aprendieron que a veces, para encontrar lo que buscamos, solo necesitamos hacer el esfuerzo de compartir alegría entre amigos.

Y así, las sonrisas de Xandar siempre brillaron más que nunca, llenando el aire con risas y alegría, en un rincón del universo donde la paz reinaba eternamente.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!