Sopa solidaria



En una pequeña cocina de un restaurante en Buenos Aires, los cocineros estaban preparando la cena del día. Todo parecía ir bien hasta que uno de ellos dejó la sopa demasiado tiempo en el fuego.

La sopa comenzó a burbujear y moverse por sí sola. Los cocineros se asustaron y salieron corriendo de la cocina sin mirar atrás. Pero lo que no sabían es que ese pequeño accidente iba a cambiar sus vidas para siempre.

De repente, la sopa cobró vida propia y comenzó a hablar:-¡Hola! Soy Sopita, ¿y ustedes quiénes son? Los cocineros se quedaron atónitos al escuchar cómo la sopa les hablaba. -¿E-estamos soñando? -preguntó uno de ellos con miedo.

-No, no están soñando -respondió Sopita-. Me he dado cuenta de que nunca había sido comida antes y quiero saber más sobre el mundo fuera de esta olla. Los cocineros se miraron entre sí sin saber qué hacer.

Por un lado, tenían miedo de lo que pudiera pasar si alguien descubría que su sopa había cobrado vida propia. Por otro lado, sentían curiosidad por conocer más sobre esa extraña situación. Finalmente, decidieron ayudar a Sopita a explorar el mundo fuera del restaurante.

La sacaron con cuidado de la olla y le enseñaron todo lo que podían sobre la ciudad: desde las calles hasta los monumentos más famosos.

Sopita estaba fascinada con todo lo nuevo que aprendía cada día y empezó a sentirse muy querida por los cocineros. Un día mientras paseaban por la ciudad, Sopita se dio cuenta de que había una gran cantidad de personas sin hogar y desamparadas en las calles.

Se sintió muy triste al verlos tan solos y abandonados. -¿Por qué hay tanta gente en la calle? -preguntó a los cocineros. -Es una larga historia, pero muchas veces es porque no tienen trabajo o no tienen familiares que puedan ayudarlos -respondió uno de ellos con tristeza.

Sopita no podía soportar ver a tanta gente sufrir. Decidió hacer algo para ayudarlos. Junto con los cocineros, comenzaron a preparar sopa para todas las personas necesitadas de la ciudad.

En poco tiempo, se convirtieron en un lugar famoso por brindar ayuda a aquellos que más lo necesitaban. La pequeña sopa había encontrado su propósito en el mundo y estaba feliz de poder ayudar a otros.

Los cocineros también estaban felices al ver cómo habían logrado convertir un accidente en algo positivo y útil para la comunidad. A partir de ese momento, todos trabajaron juntos como amigos inseparables: los cocineros preparando deliciosas sopas y Sopita llevándolas a quienes más las necesitaban.

Y así fue como una simple sopa cobró vida propia para convertirse en un verdadero héroe de la ciudad.

FIN.

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