Sorolla y el mar mágico



Había una vez en la costa de Valencia un niño llamado Sorolla, a quien le encantaba explorar la playa en busca de tesoros y criaturas del mar.

Un día, mientras paseaba por la orilla, se encontró con una concha mágica que brillaba intensamente. Al acercarse, escuchó una suave voz que provenía de la concha. -¡Sorolla, gracias por encontrarme! Soy Marina, la guardiana del mar, y te necesito para una importante misión.

-¿Una misión? ¡Claro que sí! ¿En qué puedo ayudarte? -respondió Sorolla emocionado.

Marina explicó que el mar estaba lleno de criaturas mágicas que eran guardianes de la limpieza y la belleza submarina, pero que últimamente estaban en peligro debido a la contaminación y la basura que la gente arrojaba al mar. -Sorolla, necesitamos tu ayuda para concienciar a las personas sobre la importancia de cuidar y mantener limpio nuestro mar. Sorolla, junto a Marina y otras criaturas mágicas, idearon un plan para llamar la atención de la gente.

Decidieron organizar un concurso de esculturas de arena con temática marina, donde invitarían a niños de todas las edades a participar.

El concurso fue un éxito, y mucha gente se acercó a la playa para admirar las increíbles esculturas que los niños habían creado. Mientras tanto, Sorolla y sus amigos mágicos recogían la basura de la playa y explicaban a los visitantes la importancia de mantener limpio el mar.

La gente se emocionó al ver la dedicación de los niños y la preocupación de las criaturas mágicas, y se comprometieron a cuidar mejor el mar.

El mensaje de Sorolla y sus amigos llegó a mucha gente, y poco a poco la playa se fue volviendo más limpia y segura para las criaturas marinas. Con el tiempo, Sorolla se convirtió en un defensor del mar, recordando a todos que cuidar de nuestro mar es fundamental para mantener su magia y belleza.

Y, gracias a su valentía y determinación, el mar volvió a brillar con todo su esplendor, lleno de vida y color. Desde entonces, Sorolla y sus amigos siguieron cuidando el mar, asegurándose de que siempre estuviera limpio y protegido.

Y así, la magia del mar vivió para siempre en los corazones de quienes lo aman y respetan.

FIN.

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