Sos y la Estatua Perdida



Sos era un faraón muy valiente y decidido que vivía en el antiguo Egipto. Un día, decidió explorar una misteriosa pirámide que se decía estaba llena de tesoros. La pirámide estaba llena de trampas ingeniosas, pero Sos era muy astuto y logró esquivarlas todas. Finalmente, llegó al centro de la pirámide, donde encontró una estatua de oro macizo. Sin pensarlo dos veces, la cogió y la desprendió de su pedestal. De repente, la estatua cobró vida y empezó a perseguir a Sos a través de la pirámide.

Sos corrió y corrió, tratando de pensar en una forma de detener a la estatua. En su desesperación, se dio cuenta de que la estatua sólo quería ser devuelta a su lugar, su pedestal. Sos decidió detenerse y hablar con la estatua.

- ¿Por qué me persigues? - preguntó Sos, tratando de no mostrarse asustado.

La estatua explicó que su misión era proteger la pirámide y que al ser desprendida de su pedestal, se veía forzada a buscar al ladrón. Sos entendió que había cometido un error y que debía corregirlo. Aceptó devolver la estatua a su pedestal, y al hacerlo, la estatua volvió a ser inanimada.

A cambio de su honestidad y valentía, la estatua le otorgó a Sos un collar mágico que le daría sabiduría y protección en todas sus futuras aventuras. Sos comprendió que no era el tesoro materiales lo que lo hacía valioso, sino su integridad y valentía. Desde ese día, se convirtió en el faraón más querido y respetado de todos, y compartió la lección que aprendió con todos en el reino.

FIN.

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