Sparkle y el planeta cuadrado

Había una vez un unicornio llamado Sparkle que vivía en una galaxia muy lejana.

Sparkle era diferente a los demás unicornios, ya que no solo tenía un cuerno mágico en su cabeza, sino que también era un experto piloto de naves espaciales. Un día, mientras volaba por el espacio en su nave espacial, Sparkle vio algo extraño en la distancia. Parecía ser un planeta, pero no era como ningún otro planeta que hubiera visto antes. Era...

¡cuadrado! Sparkle sintió curiosidad y decidió acercarse para investigar. Mientras se acercaba al planeta cuadrado, notó que había algo raro con la gravedad: estaba actuando de manera extraña. Finalmente llegó al planeta y aterrizó su nave espacial.

Al salir de ella, Sparkle se sorprendió aún más: todo lo que veía tenía ángulos rectos y líneas perfectas. En ese momento apareció una criatura extraña con forma de cubo y le dijo: "- Bienvenido a nuestro hogar, viajero interestelar".

Sparkle se presentó y preguntó: "- ¿Qué tipo de lugar es este? Nunca he visto nada parecido". El cubo respondió: "- Somos los habitantes del Planeta Cuadrado.

Nuestro mundo es diferente al tuyo porque estamos hechos completamente de formas geométricas perfectas". Sparkle estaba fascinado y comenzaron a conversar sobre sus respectivos mundos. El cubo le contó sobre cómo ellos valoraban la perfección y la simetría en todo lo que hacían.

Sin embargo, pronto descubrieron algo preocupante: la gravedad del planeta estaba cambiando y, si no hacían algo al respecto, su mundo podría colapsar. Sparkle decidió ayudarlos y ofreció llevar a uno de los habitantes del Planeta Cuadrado en su nave espacial para buscar una solución.

Juntos exploraron el espacio hasta que encontraron un meteorito gigante que estaba afectando la gravedad del planeta. Trabajando juntos, Sparkle y el habitante del Planeta Cuadrado lograron desviar el meteorito y salvar su mundo.

Como agradecimiento, los habitantes del Planeta Cuadrado nombraron a Sparkle como un héroe honorario de su mundo. Sparkle regresó a casa con una nueva perspectiva sobre la belleza de las formas perfectas y cómo trabajar juntos puede resolver incluso los problemas más grandes.

Y así es como Sparkle se convirtió en un piloto aún más valiente y sabio gracias a su encuentro con el Planeta Cuadrado.