Spiderman y la Aventura de los Hábitos Saludables



En la ciudad de Nueva York, un día soleado, Spiderman se despertó decidido a tener un día especial. Mientras se preparaba para salir, recordó una palabra que había aprendido de su amigo, el Doctor Octavious, que no era un villano sino un médico preocupado por la salud de los jóvenes. La palabra era: hábitos saludables.

"Hoy voy a hacer algo diferente, voy a cuidar de mi salud y también de la de los demás", se dijo a sí mismo Spiderman, mientras se ponía su traje rojo y azul.

Primero, se dirigió a su vecina Doña Maruja, quien siempre le ofrecía una rica torta de chocolate. Pero en vez de eso, Spiderman decidió que era mejor pedirle una ensalada bien fresca.

"¡Hola, Doña Maruja! ¿Cómo está hoy? Venía a buscar algo rico, pero creo que quiero algo diferente. ¿Tiene ensalada?", preguntó.

Doña Maruja sonrió, un poco sorprendida, y le preparó una ensalada deliciosa llena de lechuga, tomates, zanahorias y un poco de pollo. Spiderman estaba feliz y empezó a compartir con ella sobre la importancia de comer bien.

"¿Sabes, Doña Maruja? Comer ensaladas me ayuda a tener más energía para luchar contra los villanos".

Justo entonces, un grito resonó en la calle. Era un grupo de niños que estaban jugando al fútbol. Se veían preocupados.

"¡Ayuda, Spiderman! ¡Nuestro balón se ha quedado atrapado en el árbol!", exclamó uno de los niños.

Sin pensarlo, Spiderman se lanzó hacia el árbol. Mientras trepaba, recordó que hacer ejercicio también era un buen hábito saludable.

"¡Espero que suban también a jugar! Jugar al aire libre es muy bueno para estar saludable y feliz", dijo mientras recuperaba el balón.

Los niños aplaudieron emocionados y Spiderman decidió unirse a ellos para una partida. Se la pasaron divertidísimos, corriendo de un lado a otro, y Spiderman se sintió más fuerte que nunca.

Luego de jugar, Spiderman tuvo una idea. Decidió organizar un pequeño evento de deportes en el parque.

"¡Chicos! ¿Qué les parece si hacemos una competencia de deportes y también hablamos de cómo comer sano? ”, propuso.

Los niños estaban entusiasmados. Prometieron traer frutas y verduras, y Spiderman se encargaría de traer actividades divertidas. Al día siguiente, el parque se llenó de risas y energía.

"Recuerden, si quieren ser fuertes como yo, tienen que comer bien y ejercitarse mucho", les decía a los participantes.

Pero justo cuando todos estaban disfrutando de la competencia, apareció un viejo conocido, el Duende Verde, que quería crear caos tirando dulces y golosinas.

"¡Ja, ja, ja! ¡Hoy nadie podrá disfrutar de la comida saludable!", gritó el Duende entre carcajadas.

Spiderman, con astucia, se le acercó.

"¿Y qué pasa con lo saludable? ¿No quisieras unirte a nosotros en lugar de hacer enojar a la gente?", le preguntó.

El Duende se detuvo por un momento, sorprendido por la oferta de Spiderman. Nunca había pensado en comer algo que no fueran dulces.

"¿De verdad puedo comer ensaladas y jugar con ustedes?", preguntó, curioso.

"Claro, porque eso te dará energía y te hará sentir bien", respondió Spiderman.

Así, el Duende Verde decidió dejar de lado sus golosinas y se unió a todos en el parque, disfrutando de una ensalada deliciosa y corriendo tras el balón. Todos celebraron el día juntos, aprendiendo sobre la importancia de los hábitos saludables.

Al final del día, Spiderman se despidió de los niños y del Duende Verde.

"Recuerden siempre: comer saludablemente y hacer ejercicio es lo mejor que podemos hacer por nuestro cuerpo y por el bienestar de todos. ¡Nos vemos pronto!", se despidió mientras se lanzaba entre los edificios con su telaraña.

Y así, todos en Nueva York aprendieron a disfrutar de una vida más sana, todo gracias a la valentía de su amistoso héroe, Spiderman.

FIN.

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