Escena 1 (0:00-0:07) - Salida de Clase
La Escuela Oficial de Idiomas (EOI) parecía un gigante de ladrillo con ojos de persianas venecianas, ¡como las que dibujaba el arquitecto Coderch! Evvy, con su pelo rojo alborotado, y Cat, con sus gafas redondas siempre resbalándose por la nariz, salieron corriendo por la puerta principal, casi chocando con un profesor.
Cat: "¡Ouf! Fin de clase... ¿Vamos a la pérgola? ¡Necesito aire fresco!"
Evvy: "¡Sí! Allí la luz es perfecta a esta hora. Podemos dibujar en la libreta de bocetos."
Un portazo resonó detrás de ellas, seguido por el murmullo alegre de los estudiantes que se dispersaban como confeti.
Escena 2 (0:08-0:14) - Descubrimiento de las Sombras
La pérgola del patio, hecha de madera clara, era como una jaula gigante para el sol. Proyectaba franjas de luz y sombra sobre el suelo de gravilla, creando un patrón divertido y bailarin.
Cat: "¡Mira cómo juega la luz! Parece la Casa Ugalde, ¡pero en miniatura!"
Evvy: "¡Es el 'ritmo de vanos' que tanto le gustaba a Coderch! Decía que las ventanas debían ser como notas musicales en una partitura."
El viento jugaba entre las hojas de los árboles cercanos, creando un suave susurro. Se oían pasos crujiendo sobre la gravilla mientras otros estudiantes se dirigían al jardín.
Escena 3 (0:15-0:21) - Experimentando con Ángulos
Cat, con la curiosidad de un gato, empezó a moverse bajo la pérgola. Caminaba hacia adelante, hacia atrás, y de lado a lado, observando cómo las sombras cambiaban de forma y tamaño.
Cat: "Si me acerco, las líneas se estrechan... ¡Como en sus edificios! Cuando estuve en la Casa Girasol, las ventanas parecían bailar según el sol."
Evvy: "¡Eso es el 'diálogo axial' del que hablaba! Coderch creía que la arquitectura debía hablar con el sol, ¡y con nosotros!"
Se oían pasos rápidos acercándose y el suave rasguido de un lápiz tomando notas en un cuaderno. Evvy estaba apuntando todas las observaciones de Cat con entusiasmo.
Escena 4 (0:22-0:28) - Crêpes y Arquitectura
Sentadas en un banco de madera, con las piernas balanceándose en el aire, Evvy y Cat disfrutaban de unos deliciosos crêpes de chocolate comprados en la cafetería de la esquina. Observaban la pérgola con ojos nuevos, llenos de asombro.
Evvy: "Fíjate en cómo la luz se filtra por las lamas de madera... ¡Es como si estuviera pintando con pinceles de sol! ¡Puro Coderch!"
Cat: "¡Y las sombras hacen dibujos como en el Instituto Francés! ¡Son como garabatos de un gigante!"
Un mordisco crujiente rompió el silencio, seguido por el suave susurro de las hojas movidas por el viento. El aroma dulce del chocolate se mezclaba con el olor a tierra húmeda.
Escena 5 (0:29-0:34) - Maqueta Improvisada
De repente, a Cat se le ocurrió una idea brillante. Colocó su crêpe a medio comer sobre su cuaderno de dibujo, dejando que la luz de la pérgola proyectara sombras sobre el papel.
Cat: "¿Ves? Si lo pongo así, ¡parece una fachada! ¡Mira las sombras que crea el borde del crêpe!"
Evvy: "¡Tienes razón! ¡Es una fachada comestible! Luz natural y formas simples... ¡Es la esencia de Coderch en un crêpe!"
Se oyó el sonido de papel arrugándose mientras Cat ajustaba la posición del crêpe. Luego, una carcajada contagiosa llenó el aire. ¡Nunca imaginaron que un crêpe podría ser tan inspirador!
Escena 6 (0:35-0:40) - Reflexión Final
El sol comenzaba a descender, tiñendo el cielo de colores anaranjados y rosados. La pérgola proyectaba sus últimas sombras, alargadas y misteriosas, sobre el patio.
Cat: "Al final, Coderch tenía razón... La luz lo es todo. ¡Hace que las cosas sean más bonitas, más interesantes, más... vivas!"
Evvy: "¡Oui! Y las crêpes también ayudan a ver la luz de una manera diferente. ¡Son el combustible de la inspiración!"
Un acordeón lejano tocaba una melodía triste y melancólica. Evvy suspiró, sintiéndose agradecida por la amistad de Cat y por la belleza que las rodeaba.
Evvy y Cat se levantaron del banco, cogieron sus cuadernos y se dispusieron a volver a casa, con la cabeza llena de ideas y el corazón lleno de alegría. Sabían que, a partir de ahora, mirarían el mundo con ojos nuevos, buscando la luz y las sombras en cada rincón, ¡como verdaderas arquitectas! Y, por supuesto, nunca subestimarían el poder inspirador de un buen crêpe.