El Cuento que Salió de lo Común

Based on: un cuento diferente al resto

En un lejano reino donde las historias se tejían con hilos dorados, había un cuento diferente a todos los demás.

No tenía princesas ni dragones, ni bosques encantados ni tesoros escondidos.

En cambio, contaba la historia de un niño llamado Mateo, quien tenía un secreto extraordinario.

Mateo podía ver colores que nadie más podía ver.

El rojo no era solo rojo para él, era un torbellino de carmesí, escarlata y rubí.

El verde no era solo verde, era un caleidoscopio de esmeraldas, jades y pistachos.

Un día, mientras Mateo caminaba por el bosque, descubrió un árbol extraño.

Sus hojas eran de un azul tan intenso que parecían brillar desde dentro.

Mateo se acercó con curiosidad y tocó una hoja.

En ese instante, el árbol cobró vida y sus ramas se extendieron hacia él.

El árbol le habló a Mateo con una voz suave como el susurro del viento.

Le dijo que era el Árbol de los Colores Perdidos, y que Mateo tenía el poder de liberarlos.

Mateo estaba confundido.

¿Qué colores perdidos?

¿Cómo podía liberarlos?El árbol explicó que los colores habían sido robados por un malvado hechicero llamado Gris, quien había sumergido el reino en un mundo de grises.

Mateo se dio cuenta de que debía encontrar al hechicero y devolver los colores a su mundo.

Con la ayuda del Árbol de los Colores Perdidos, Mateo se embarcó en una aventura extraordinaria.

Viajó a través de montañas cubiertas de nieve y mares de un azul profundo.

Encontró criaturas extrañas y conoció personajes maravillosos, todos unidos por un deseo común: recuperar los colores perdidos.

Finalmente, Mateo llegó al castillo del hechicero Gris.

Era un lugar sombrío y lúgubre, donde el color había sido desterrado.

Mateo respiró hondo y entró al castillo, decidido a enfrentar al hechicero.

Gris era un hombre alto y delgado con ojos oscuros y una sonrisa cruel.

Se burló de Mateo y su misión, pero Mateo no se inmutó.

Usando su poder, Mateo convocó a los colores perdidos y los liberó sobre el hechicero.

El castillo se llenó de un arcoíris de colores.

El gris se desvaneció y el reino volvió a la vida.

Mateo había salvado el día y devuelto la alegría a su mundo.

Y así, el cuento de Mateo, el niño que podía ver colores diferentes, se convirtió en el cuento más extraordinario de todos.

Porque no era solo una historia de aventuras y magia, sino una historia sobre el poder de la imaginación y la importancia de ver el mundo desde una perspectiva diferente.

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Publicado el 01/28/2025

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