En un bosque lejano, vivía un gatito llamado Pipi.
Pipi era un gatito muy travieso y juguetón, pero tenía un gran secreto: ¡no le gustaba usar pañal!A Pipi le encantaba correr y saltar por el bosque, pero cada vez que lo hacía, se hacía pipí encima.
Sus amigos, el conejo Saltarín, la ardilla Listona y el zorrito Astuto, se reían de él y le decían:—¡Pipi, Pipi, pipi en el pañal!Pipi se sentía muy avergonzado y triste.
Quería dejar de hacerse pipí encima, pero no sabía cómo.
Un día, mientras Pipi jugaba con sus amigos, se encontró con una sabia búho llamada Doña Hoots.
—¡Hola, Doña Hoots!
—dijo Pipi—.
¿Puedes ayudarme?
No me gusta usar pañal y me hago pipí encima todo el tiempo.
Doña Hoots sonrió y dijo:—Claro que puedo ayudarte, Pipi.
Solo tienes que seguir mis instrucciones.
Doña Hoots le enseñó a Pipi cómo controlar su vejiga y a usar el baño cuando lo necesitara.
Pipi practicó mucho y, poco a poco, fue aprendiendo a controlar su pipí.
Un día, Pipi estaba jugando con sus amigos cuando sintió que tenía que hacer pipí.
En lugar de hacerse pipí encima, corrió al baño y lo hizo allí.
—¡Lo hice!
—gritó Pipi—.
¡Ya no me hago pipí encima!Sus amigos lo felicitaron y lo abrazaron.
Pipi estaba tan feliz que saltó y dio vueltas por el bosque.
Desde ese día, Pipi nunca más se hizo pipí encima.
Jugó y saltó por el bosque con sus amigos, y todos vivieron felices para siempre.