En el corazón de una densa jungla, vivía un indio llamado Inti, conocido por su inteligencia y astucia.
Un día, mientras cazaba, Inti se encontró con un enorme tigre.
El tigre, con sus afilados dientes y sus ojos penetrantes, se abalanzó sobre Inti.
Pero Inti era rápido de reflejos.
Rápidamente, sacó su arco y flecha y apuntó al tigre.
El tigre rugió y saltó hacia Inti, pero Inti esquivó el ataque y disparó su flecha.
La flecha dio en el blanco, hiriendo al tigre en la pata.
El tigre, enfurecido, persiguió a Inti a través de la jungla.
Inti corrió y corrió, su corazón latiendo con fuerza.
De repente, vio un río ancho y caudaloso.
Inti sabía que no podía cruzarlo a nado, pero también sabía que el tigre no podía nadar.
Rápidamente, Inti cortó una larga liana de un árbol cercano y la ató a una rama.
Luego, se balanceó sobre el río y llegó a la otra orilla.
El tigre, al llegar al río, se detuvo frustrado.
No podía cruzarlo y perdió de vista a Inti.
Inti, a salvo en la otra orilla, se dio cuenta de que había perdido su arco y su flecha en el río.
Pero no se desanimó.
Siguió caminando por la jungla, buscando una manera de regresar a su aldea.
Mientras caminaba, Inti vio un grupo de monos jugando en los árboles.
Se acercó a ellos y les pidió ayuda.
Los monos, conocidos por su inteligencia, le ofrecieron su ayuda.
Los monos treparon a los árboles y recogieron frutas y nueces para Inti.
También le mostraron el camino de regreso a su aldea.
Inti, agradecido, se despidió de los monos y continuó su camino.
Finalmente, Inti llegó a su aldea sano y salvo.
Los aldeanos se alegraron mucho de verlo y le dieron la bienvenida como a un héroe.
Inti les contó su aventura y cómo había escapado del tigre.
Desde ese día, Inti fue conocido como el indio inteligente que había vencido al tigre.
Y así, la historia de Inti y el tigre se transmitió de generación en generación, enseñando a los niños la importancia de la inteligencia y la astucia.