En un lugar lejano, había dos niños llamados Sofía y Mateo.
Eran muy buenos amigos y estaban muy emocionados porque iban a empezar su primera clase de inglés.
Sofía tenía el pelo largo y castaño y unos ojos grandes y brillantes.
Mateo era más alto que ella y tenía el pelo corto y rubio.
Los dos llevaban mochilas nuevas y estaban ansiosos por aprender cosas nuevas.
Cuando llegaron a la clase, vieron a muchos otros niños sentados en pequeños pupitres.
La profesora, la señorita Smith, era una mujer amable y sonriente.
Les dio la bienvenida a la clase y les dijo que se presentaran.
Sofía se puso de pie y dijo: "Hola, mi nombre es Sofía".
Mateo se puso de pie y dijo: "Hola, mi nombre es Mateo".
Los demás niños también se presentaron y pronto todos se hicieron amigos.
La señorita Smith empezó a enseñarles palabras básicas en inglés, como "hola", "adiós" y "gracias".
Sofía y Mateo escuchaban atentamente y repetían las palabras después de ella.
También aprendieron a contar hasta diez en inglés.
Después de un rato, la señorita Smith les pidió que hicieran un dibujo de su animal favorito.
Sofía dibujó un gato y Mateo dibujó un perro.
La señorita Smith les felicitó por sus dibujos y les dijo que eran muy buenos.
Sofía y Mateo se divirtieron mucho en su primera clase de inglés.
Aprendieron muchas cosas nuevas y conocieron a muchos amigos nuevos.
No podían esperar a volver a clase al día siguiente.