En un lejano planeta llamado Marte, vivían unos pequeños marcianitos llamados Plip, Plop y Plum.
Eran muy curiosos y siempre estaban soñando con explorar el espacio exterior.
Un día, mientras jugaban en su jardín maternal, vieron algo brillante en el cielo.
Era un cohete espacial enorme y plateado.
Los marcianitos se emocionaron mucho y corrieron hacia él.
Para su sorpresa, la puerta del cohete estaba abierta.
Con mucho cuidado, subieron al interior y se sentaron en los asientos.
De repente, el cohete comenzó a vibrar y a elevarse hacia el cielo.
Los marcianitos miraban por las ventanas con asombro.
Pasaron por planetas de todos los colores: amarillo, celeste y naranja.
Vieron estrellas brillantes y constelaciones que formaban figuras asombrosas.
Después de un largo viaje, llegaron a un planeta desconocido.
Era un lugar extraño y maravilloso, con árboles de cristal y flores que brillaban en la oscuridad.
Los marcianitos salieron del cohete y exploraron el nuevo mundo.
Encontraron criaturas extrañas y amigables, que los recibieron con alegría.
Juntos, jugaron y se divirtieron hasta que llegó el momento de regresar a Marte.
Los marcianitos se despidieron de sus nuevos amigos y subieron de nuevo al cohete.
Regresaron a su planeta sanos y salvos, llenos de historias y aventuras que contar a sus amigos y familiares.