La Ardilla Aventurera y el Río Peligroso

En lo alto de un frondoso árbol, vivía una pequeña ardilla llamada Nala junto a su familia.

Cuando se acercaba el invierno, Nala se encargaba de recolectar comida para pasar la estación fría.

Cerca de su hogar, había un restaurante con un almacén lleno de deliciosas provisiones.

Día tras día, Nala visitaba el almacén para buscar nueces, semillas y frutas.

Un día, Nala se llevó una gran sorpresa al descubrir que el restaurante había cerrado sus puertas.

Triste y preocupada, regresó a su árbol y les contó a sus padres lo sucedido.

La familia de Nala se entristeció mucho, pues ahora no sabían dónde encontrarían comida para pasar el invierno.

Mientras Nala se lamentaba, sus amigos, un grupo de traviesos pájaros, llegaron con una noticia emocionante.

Le contaron que al otro lado del río, en un campo lejano, había una cosecha abundante de bellotas y avellanas.

Nala se emocionó al escuchar esto, pero sus padres se mostraron preocupados.

El río era ancho y caudaloso, con una fuerte corriente que hacía peligroso cruzarlo.

Solo había un camino estrecho de piedras que permitía pasar al otro lado.

La familia de Nala le rogó que no intentara cruzar, pero Nala estaba decidida a ayudar a su familia.

Sin hacer caso a las advertencias, Nala se dirigió al río.

Con cuidado, comenzó a cruzar por el camino de piedras.

Pero de repente, su pata resbaló y cayó al agua helada.

Nala no sabía nadar y empezó a hundirse rápidamente.

En ese momento, uno de sus amigos pájaros, un ágil gorrión llamado Pío, vio lo que sucedía.

Sin dudarlo, Pío voló hacia Nala y la agarró con su pico.

Con todas sus fuerzas, Pío llevó a Nala de regreso a la orilla y la dejó a salvo en los brazos de su familia.

Agradecida y feliz, Nala abrazó a Pío y a sus padres.

Había aprendido una valiosa lección sobre la importancia de escuchar a los mayores y de no arriesgarse innecesariamente.

Y así, con la ayuda de sus amigos, Nala y su familia pudieron recolectar suficiente comida para pasar el invierno, demostrando que incluso las aventuras más peligrosas pueden superarse con valentía y amistad.