La niña y el niño pobre

Había una vez una niña rica llamada Sofía que vivía en una gran mansión.

Tenía todo lo que podía desear: juguetes, ropa bonita y comida deliciosa.

Pero Sofía no era feliz.

Siempre veía a un niño pobre llamado Juanito jugando solo en la calle.

Juanito no tenía juguetes ni ropa bonita, y a menudo tenía hambre.

Sofía quería ayudar a Juanito, pero no sabía cómo.

Un día, Sofía tuvo una idea.

Fue a su habitación y cogió algunos de sus juguetes viejos.

Luego fue a la calle y se los dio a Juanito.

Juanito se puso muy contento y le dio las gracias a Sofía.

Sofía se sintió muy bien por haber ayudado a Juanito.

A partir de ese día, Sofía empezó a visitar a Juanito todos los días.

Le llevaba comida y juguetes, y jugaban juntos.

Juanito estaba muy agradecido con Sofía por su ayuda.

Un día, Sofía le preguntó a Juanito por qué era pobre.

Juanito le dijo que su padre había perdido su trabajo y que su madre estaba enferma.

Sofía sintió pena por Juanito y decidió ayudarle.

Sofía fue a ver al padre de Juanito y le ayudó a encontrar un nuevo trabajo.

También fue a ver a la madre de Juanito y le llevó comida y medicinas.

Gracias a la ayuda de Sofía, la familia de Juanito pudo salir adelante.

Juanito estaba muy agradecido con Sofía por todo lo que había hecho por él.

Sofía aprendió que incluso las personas más ricas pueden hacer una diferencia en la vida de los demás.

Y que el verdadero valor de la riqueza no está en las posesiones materiales, sino en el poder de ayudar a los demás.