¡La Princesa Despeinada del 25 de Mayo!

Based on: un 25 de mayo una princesa nacio,muy despeinada y tierna

Un veinticinco de mayo, el sol brillaba con más fuerza que nunca sobre el reino de Floralia. Las flores cantaban melodías alegres y los pájaros tejían coronas de hojas para celebrar un acontecimiento muy especial: ¡el nacimiento de la Princesa Rosalinda! Pero Rosalinda no era una princesa como las demás. Cuando la presentaron al reino desde el balcón del palacio, todos contuvieron el aliento. No era por su belleza (que la tenía, ¡y mucha!), sino por su pelo. ¡Era un torbellino de rizos dorados, rebeldes y despeinados! Parecía que una nube de sol había decidido anidar en su cabeza.

"¡Es la Princesa Despeinada!" exclamó un paje, sin quererlo. El nombre se extendió como la pólvora por todo el reino. Algunos nobles fruncieron el ceño. Las princesas, pensaban, debían tener el pelo perfectamente peinado, como un espejo reluciente. Pero la Reina Isabel, madre de Rosalinda, sonrió. "Su pelo es como un campo de trigo al viento", dijo, "una señal de libertad y alegría".

Rosalinda creció siendo una niña curiosa y aventurera. Mientras las otras princesas aprendían a bordar tapices y tocar el arpa, Rosalinda prefería explorar los jardines del palacio, trepar a los árboles más altos y jugar con los animales. Su pelo, por supuesto, siempre estaba aún más despeinado después de cada aventura. No le importaba. A Rosalinda le encantaba su pelo.

Un día, mientras jugaba en el bosque encantado que rodeaba el palacio, Rosalinda escuchó un débil llanto. Siguió el sonido hasta encontrar un pequeño pajarito atrapado en una telaraña. El pajarito estaba asustado y no podía liberarse. Rosalinda intentó romper la telaraña con sus manos, pero era demasiado pegajosa. Entonces, tuvo una idea. Desató una cinta de su pelo y la usó para enredar la telaraña, enrollándola suavemente hasta que el pajarito pudo volar libre.

El pajarito, agradecido, revoloteó alrededor de la cabeza de Rosalinda antes de emprender el vuelo. En ese momento, Rosalinda se dio cuenta de que su pelo, aunque despeinado, podía ser útil. Podía usar sus rizos para recoger flores silvestres, para secar sus lágrimas cuando estaba triste, e incluso para espantar a las abejas cuando se acercaban demasiado a su pastel de fresas.

Con el tiempo, la Princesa Despeinada se convirtió en una joven sabia y bondadosa. No se preocupaba por las opiniones de los demás sobre su pelo. Sabía que lo importante era lo que tenía en su corazón. Ayudaba a los necesitados, protegía a los animales y siempre defendía la justicia. Su pelo despeinado se convirtió en un símbolo de su personalidad: libre, valiente y auténtica.

Un día, el reino de Floralia fue amenazado por un dragón malvado que vivía en las montañas. El dragón exigía un tesoro de oro a cambio de no destruir el reino. Todos estaban aterrorizados. Los caballeros más valientes se negaban a enfrentarse a la bestia. Pero Rosalinda no se rindió. Sabía que tenía que hacer algo para salvar a su pueblo.

Reunió a todos los habitantes del reino y les propuso un plan. Les pidió que recogieran todas las flores del reino y las llevaran a la cima de la montaña. Cuando el dragón vio la montaña cubierta de flores, se sintió confundido. Nunca había visto algo tan hermoso. Rosalinda se acercó al dragón y le habló con dulzura. Le explicó que las flores eran un regalo de amor y amistad del pueblo de Floralia. Le dijo que el verdadero tesoro no era el oro, sino la belleza y la armonía de la naturaleza.

El dragón, conmovido por las palabras de Rosalinda, aceptó el regalo y prometió no volver a molestar al reino. Desde ese día, la Princesa Despeinada se convirtió en una leyenda. Su valentía, su bondad y su pelo despeinado inspiraron a todos a ser ellos mismos y a luchar por lo que creen. Y cada 25 de mayo, el reino de Floralia celebraba el Día de la Princesa Despeinada con flores, música y, por supuesto, ¡mucho pelo despeinado!

Incluso los nobles más serios se atrevían a despeinarse un poco el pelo en honor a la princesa, recordando que la verdadera belleza reside en la autenticidad y la alegría. Rosalinda reinó con sabiduría y amor, siempre recordando el valor de la libertad y la importancia de ser uno mismo. Y su pelo, siempre despeinado, siempre brillante, siguió siendo el símbolo de un reino feliz y libre.

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Publicado el 04/15/2025

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