Los Tres Cerditos y el Lobo Soplón

Los Tres Cerditos y el Lobo Soplón

Based on: los tres cerditos y el lobo feroz

En un bosque lejano, donde los árboles tocaban el cielo y los arroyos cantaban melodías alegres, vivían tres cerditos: Crispín, Crispón y Crispín.

Los tres eran hermanos, pero muy diferentes entre sí.

Crispín era el mayor y el más perezoso.

Le encantaba dormir hasta tarde y jugar todo el día.

Crispón era el mediano y el más trabajador.

Siempre estaba ocupado construyendo cosas y ayudando a los demás.

Crispín, el más pequeño, era el más inteligente y astuto.

Le encantaba leer y siempre estaba pensando en nuevas ideas.

Un día soleado, su madre les dijo: "Mis queridos cerditos, es hora de que construyáis vuestras propias casas.

Sois lo suficientemente mayores y debéis aprender a cuidar de vosotros mismos".

Crispín gruñó y dijo: "No quiero construir una casa.

Es demasiado trabajo".

Crispón suspiró y dijo: "Yo construiré una casa de paja.

Es rápida y fácil".

Crispín sonrió y dijo: "Yo construiré una casa de palos.

Es más resistente que la de paja".

Crispón puso manos a la obra y en un santiamén construyó una casita de paja.

Crispín también trabajó duro y construyó una casita de palos.

Pero Crispín, el más inteligente, decidió construir una casa de ladrillos.

Sabía que sería la más fuerte y segura.

Mientras los cerditos trabajaban, un lobo feroz los observaba desde lejos.

Tenía hambre y ganas de comerse a los cerditos.

Cuando vio las casas de paja y palos, se le hizo la boca agua.

El lobo se acercó a la casa de paja y sopló con fuerza: "¡Soplaré y soplaré, y tu casa derribaré!".

Y la casa de paja se derrumbó en un instante.

El lobo se dirigió a la casa de palos y sopló con más fuerza: "¡Soplaré y soplaré, y tu casa derribaré!".

Y la casa de palos también se derrumbó.

Los dos cerditos, Crispín y Crispón, corrieron a la casa de ladrillos de Crispín.

El lobo los persiguió, pero no pudo derribar la casa de ladrillos por mucho que sopló.

El lobo estaba furioso.

Intentó entrar por la chimenea, pero Crispín y Crispón le echaron agua hirviendo y lo ahuyentaron.

El lobo se fue hambriento y enfadado, mientras que los tres cerditos se quedaron a salvo en la casa de ladrillos.

Habían aprendido la importancia de trabajar duro y construir una casa fuerte y segura.

0 me gusta
Publicado el 02/05/2025

Comparte tu opinión

5/10
5/10