Sueño de Bailarina


Laura era una niña alegre y soñadora que siempre había sentido una gran pasión por el baile.

Desde pequeña, disfrutaba moviéndose al ritmo de la música y soñaba con algún día poder bailar en un escenario frente a muchas personas. Un día, mientras paseaba por la plaza del barrio, vio un cartel que anunciaba audiciones para ingresar a una prestigiosa academia de baile.

Sus ojos se iluminaron de emoción al leerlo y supo en ese momento que esa era su oportunidad para cumplir su sueño. Decidida a dar lo mejor de sí misma, Laura comenzó a practicar todos los días en su casa, perfeccionando sus pasos y movimientos al compás de diferentes estilos musicales.

Sabía que el camino no sería fácil, pero estaba dispuesta a esforzarse al máximo para lograrlo. El día de las audiciones finalmente llegó. El salón de la academia estaba lleno de niños y niñas nerviosos esperando su turno para demostrar sus habilidades.

Cuando llegó el momento de Laura, entró al escenario con paso firme y una sonrisa radiante en el rostro. -¡Hola! Mi nombre es Laura y estoy lista para bailar -dijo con entusiasmo mientras la música empezaba a sonar.

Con cada movimiento, Laura transmitía toda la pasión y alegría que sentía por el baile. Su energía era contagiosa y pronto todos en la sala estaban aplaudiendo y animándola desde sus asientos.

Al finalizar su presentación, el jurado le dedicó una ovación de pie. Habían quedado impresionados por la destreza y gracia con la que Laura se movía sobre el escenario. -¡Eres increíble, Laura! ¡Bienvenida a nuestra academia! -anunciaron emocionados los jueces.

Los ojos de Laura se llenaron de lágrimas de felicidad al escuchar esas palabras. Había logrado cumplir su sueño gracias a su dedicación y esfuerzo constantes.

A partir de ese día, Laura asistió regularmente a clases en la academia de baile, donde aprendió nuevas técnicas, conoció amigos apasionados por el arte del baile e incluso participó en competencias donde demostró todo su talento.

Con cada paso que daba sobre el escenario, Laura inspiraba a otros niños y niñas a seguir sus sueños sin importar lo difícil que parezca alcanzarlos. Les enseñaba que con determinación, trabajo duro y amor por lo que hacen, todo es posible.

Y así fue como Laura demostró al mundo entero que cuando se persigue un sueño con pasión y dedicación, no hay límites para alcanzarlo. Y aunque enfrentara desafíos en el camino, siempre recordaría aquel día en el que decidió seguir adelante sin rendirse jamás.

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