Sueño de Campeona



Había una vez en un hermoso parque de la ciudad, una niña llamada Malena Nayla que amaba jugar al voley.

Desde muy pequeña había practicado este deporte con mucha pasión y dedicación, soñando algún día convertirse en una gran jugadora profesional. Un día soleado, Malena Nayla decidió ir al parque a practicar como siempre lo hacía. Llevaba consigo su pelota de voley favorita y sus zapatillas deportivas más cómodas.

Al llegar al lugar, se encontró con sus amigos del barrio que estaban organizando un partido. "¡Hola Malena Nayla! ¿Querés jugar con nosotros?", le preguntaron emocionados. Ella sonrió y aceptó encantada la invitación.

El partido comenzó y Malena Nayla demostró toda su destreza en la cancha, recibiendo elogios por parte de sus amigos por su talento y habilidad para el voley.

De repente, mientras el partido estaba en pleno desarrollo, un equipo de voley profesionales pasaba por el parque y se detuvieron a observar el juego. Quedaron impresionados por la forma en que Malena Nayla jugaba, destacándose entre los demás niños por su técnica impecable y su espíritu competitivo.

"¡Esa niña tiene un gran potencial! Deberíamos invitarla a formar parte de nuestro equipo juvenil", comentó uno de los entrenadores. Malena Nayla no podía creerlo, ¡era una oportunidad única para cumplir su sueño! Agradeció a sus amigos por el increíble partido y se despidió emocionada para seguir esta nueva aventura que se presentaba ante ella.

Los días pasaron y Malena Nayla comenzó a entrenar con el equipo profesional. Aprendió nuevas técnicas, mejoró su rendimiento físico y compartió momentos inolvidables junto a sus nuevos compañeros de equipo.

Se esforzaba al máximo en cada práctica, recordando siempre la importancia del trabajo duro y la perseverancia para alcanzar sus metas. Finalmente llegó el día del primer torneo oficial en el que Malena Nayla participaría como integrante del equipo juvenil. Estaba nerviosa pero llena de determinación.

El partido fue intenso y reñido, pero gracias al esfuerzo conjunto del equipo lograron llevarse la victoria.

Malena Nayla saltaba de alegría celebrando junto a sus compañeros, sintiéndose realizada por haber llegado tan lejos gracias a su pasión por el voley y su constancia en cada entrenamiento. Desde ese día, Malena Nayla siguió creciendo como jugadora de voley profesional, inspirando a otros niños a perseguir sus sueños con valentía y dedicación.

Siempre recordaba aquellos momentos en el parque donde todo empezó, demostrando que cuando se ama lo que se hace y se trabaja duro por ello, cualquier meta es posible de alcanzar.

FIN.

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