Sueños compartidos


Carmen era una mamá muy dormilona. Desde que se acostaba en su cama, no había nada que la despertara hasta el otro día.

Por el contrario, Ariana era una niña muy soñadora y creativa, pero tenía problemas para conciliar el sueño por las noches. Una noche, mientras Carmen dormía plácidamente en su habitación, Ariana estaba despierta imaginando aventuras increíbles. De repente, escuchó un ruido extraño proveniente del armario. "¿Quién está ahí?" - preguntó Ariana temerosa.

"Soy yo, tu hada madrina" - respondió una voz suave desde adentro del armario. Ariana abrió la puerta del armario y encontró a un pequeño hada con alas brillantes sentada en un estante.

"¿Eres mi hada madrina de verdad?" - preguntó sorprendida Ariana. "Sí, soy tu hada madrina y he venido a ayudarte a encontrar una solución para tu problema" - explicó el hada mientras sacudía sus alas mágicas con destellos de luz.

Ariana le contó al hada sobre su dificultad para dormir por las noches y cómo esto afectaba su vida diaria. El hada pensó durante unos minutos y luego dijo:"Tengo una idea.

¿Qué tal si intercambiamos tus aventuras nocturnas con las de tu mamá? Así ella puede soñar todas tus historias mientras tú duermes tranquila". Ariana estaba emocionada con esta idea y aceptó inmediatamente. Al mismo tiempo, Carmen empezó a tener sueños increíbles sobre las aventuras de su hija.

Pero pronto, Ariana se dio cuenta de que extrañaba tener sus propias aventuras nocturnas y Carmen también empezó a sentirse agotada por soñar tanto. Así que decidieron hablar con el hada madrina para encontrar una solución más permanente.

El hada les explicó que la clave era encontrar un equilibrio entre los sueños y la realidad, y que ambos eran importantes para una vida feliz.

Les sugirió crear nuevas aventuras juntas durante el día, en lugar de solo soñarlas por la noche. A partir de ese momento, Carmen y Ariana comenzaron a planear emocionantes actividades diarias juntas como ir al parque o hacer manualidades.

Y aunque todavía tenían algunas noches en las que intercambiaban sus aventuras nocturnas, ya no era tan necesario porque habían encontrado una nueva forma de divertirse juntas durante el día. Así aprendieron que la imaginación es importante pero también lo es vivir experiencias reales con tus seres queridos.

Y gracias a su hada madrina, Carmen y Ariana encontraron un equilibrio perfecto entre sus sueños y su vida cotidiana.

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