Sueños de ballet


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, dos amigas llamadas Guada y Aimée. Ellas compartían una gran pasión por el baile y siempre soñaban con ser las mejores bailarinas de su escuela.

Un día, se enteraron de que habría una audición para entrar al grupo de ballet avanzado de la escuela. Ambas se emocionaron mucho y comenzaron a practicar todos los días después de clases.

Pero pronto se dieron cuenta de que la coreografía era muy difícil y no podían hacerla correctamente. Guada comenzó a sentirse frustrada y triste, pensando que nunca podría ser lo suficientemente buena para el grupo avanzado.

"No puedo hacerlo, Aimée", dijo Guada desanimada mientras se sentaba en el suelo del salón de baile. "¡Claro que puedes!", respondió Aimée con entusiasmo. "Solo necesitamos practicar más". Así que ambas decidieron seguir esforzándose y practicando juntas todos los días.

Una tarde, mientras estaban ensayando, llegó la profesora del grupo avanzado y las vio bailar. Quedó impresionada por su dedicación y compromiso con el baile. —"Chicas" , dijo la profesora sonriendo, "ustedes tienen mucho talento. Les gustaría intentarlo otra vez?"Guada y Aimée asintieron emocionadas mientras volvían a intentar la coreografía.

Esta vez lo hicieron perfectamente. La profesora quedó encantada con su desempeño e hizo algo inesperado: les ofreció un lugar en el grupo avanzado incluso antes de la audición oficial. Las chicas no podían creerlo.

Estaban muy emocionadas y agradecidas por la oportunidad. "Gracias, profesora", dijo Guada con lágrimas en los ojos. "Nunca imaginé que podría lograrlo". "Lo hiciste porque nunca te rendiste", respondió Aimée sonriendo.

Desde ese día, Guada y Aimée practicaron aún más duro para ser las mejores bailarinas del grupo avanzado. Y lo lograron. Se presentaron en el escenario de la escuela frente a toda la comunidad y dejaron impresionados a todos con su talento y gracia.

Fue un momento mágico para ellas, donde aprendieron que con esfuerzo y perseverancia se pueden alcanzar los sueños más grandes.

Y así, Guada y Aimée continuaron bailando juntas durante muchos años más, inspirando a otros niños y niñas a seguir sus propios sueños sin importar lo difícil que parezcan al principio.

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