Sueños de Mujeres Valientes


En un soleado día de marzo, en un colegio de Buenos Aires, las niñas se reunieron en el patio para celebrar el Día Internacional de la Mujer.

Todas estaban emocionadas y orgullosas de ser quienes eran, listas para compartir ideas y experiencias. La maestra Lucía les propuso hacer un círculo y comenzar a hablar sobre lo que significaba para ellas ser mujeres. La primera en levantar la mano fue Valentina, una niña con rulos negros y ojos brillantes.

"Para mí, ser mujer significa poder hacer todo lo que me proponga, sin importar si es considerado "cosa de chicas" o "cosa de chicos". Quiero ser astronauta cuando sea grande", dijo Valentina con determinación.

Todas las niñas aplaudieron emocionadas por la valentía de Valentina. Luego, Sofía tomó la palabra:"Yo creo que ser mujer implica luchar por nuestros derechos y los derechos de todas las personas.

Quiero estudiar leyes para ayudar a quienes más lo necesitan", expresó Sofía con firmeza. Las demás niñas asintieron con admiración hacia Sofía. Fue entonces cuando Camila decidió compartir su pensamiento:"Ser mujer es también demostrar que somos fuertes y capaces en todo lo que nos propongamos.

Yo quiero ser ingeniera para construir puentes y edificios increíbles", manifestó Camila con entusiasmo. El resto de las niñas escuchaban atentamente cada palabra pronunciada por sus compañeras.

En ese momento, Martina levantó tímidamente la mano:"Para mí, ser mujer significa sentirnos libres para expresar nuestras emociones y sueños sin miedo al juicio de los demás. Yo quiero escribir cuentos y poesías que inspiren a otros", confesó Martina con una sonrisa dulce en su rostro.

Las palabras de Martina resonaron en el corazón de todas las presentes, recordándoles la importancia de ser auténticas consigo mismas. Finalmente, Catalina cerró la ronda con una reflexión profunda:"Ser mujer es un regalo maravilloso que nos permite conectar con nuestra intuición, empatía y fortaleza interior.

Debemos apoyarnos unas a otras siempre", concluyó Catalina con sabiduría. Las niñas se abrazaron emocionadas al finalizar la actividad, sintiéndose inspiradas por las palabras llenas de valor y esperanza compartidas en aquel círculo mágico del patio del colegio.

Sabían que juntas podían lograr cualquier cosa que se propusieran, rompiendo barreras e iluminando el camino hacia un mundo más igualitario y justo para todas las mujeres argentinas.

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