Sueños en el espacio



En un pequeño pueblo de Bolivia, vivía una niña llamada Roxana. Desde muy pequeña, Roxana miraba al cielo lleno de estrellas y soñaba con volar tan alto como los astronautas que veía en la televisión.

Sin embargo, cada vez que mencionaba su sueño de ser astronauta, las personas a su alrededor solían decirle: "Eso es cosa de hombres, las niñas no pueden ser astronautas". Pero Roxana no se dio por vencida.

Decidió que iba a demostrarles a todos que las niñas también podían ser astronautas. Con mucho esfuerzo y dedicación, estudió duro en la escuela y se inscribió en todas las clases de ciencias que pudo encontrar.

Un día, cuando Roxana ya era adolescente, vio en las noticias que la Agencia Espacial Boliviana estaba buscando nuevos talentos para entrenar como astronautas. Sin dudarlo un segundo, Roxana envió su solicitud y ¡fue seleccionada! Estaba tan emocionada que no podía creerlo.

Durante años, Roxana se preparó arduamente para su misión espacial. Aprendió a pilotar naves espaciales, a realizar experimentos científicos en gravedad cero y a trabajar en equipo con otros astronautas. Finalmente llegó el día de su gran misión: viajar al espacio.

Roxana abordó la nave espacial con una sonrisa radiante en su rostro. Mientras la nave despegaba y se alejaba de la Tierra, miró por la ventana y vio el planeta azul brillando en el vacío del espacio.

En ese momento supo que todo había valido la pena. Desde el espacio, Roxana envió un mensaje inspirador a todas las niñas del mundo: "-Queridas niñas, nunca permitan que nadie les diga lo que pueden o no pueden hacer por ser mujeres.

Ustedes son capaces de lograr cualquier sueño que se propongan si trabajan duro y creen en ustedes mismas. No hay límites para lo que podemos alcanzar juntas.

"Y así fue como Roxana rompió barreras establecidas por género y se convirtió en un ejemplo para todas las niñas que sueñan con llegar lejos.

Desde entonces, cada vez más niñas bolivianas comenzaron a interesarse por la ciencia y la exploración espacial, sabiendo que el espacio también puede ser un lugar para ellas.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!