Sumando juntas
Había una vez una niña llamada Lucía a quien le encantaba jugar con números y resolver problemas matemáticos. Siempre estaba buscando nuevos desafíos para poner a prueba sus habilidades.
Un día, mientras estaba en la escuela, su maestra les dio una tarea de matemáticas muy difícil. Tenían que resolver ecuaciones con raíces cuadradas, cálculos combinados y potencias. Lucía se emocionó al ver el desafío y comenzó a trabajar enseguida.
Pero después de unos minutos, se encontró atascada en uno de los problemas. No podía entender cómo resolverlo y empezó a sentirse frustrada. "No entiendo esto", dijo Lucía con tristeza. "Tranquila, no te preocupes", respondió su amiga Ana tratando de animarla.
"Seguro que juntos podemos descubrir la solución". Así que las dos chicas trabajaron juntas durante un buen rato intentando descifrar la respuesta correcta. Pero cuanto más tiempo pasaban intentándolo, más difícil parecía el problema. "Esto es imposible", exclamó Lucía exasperada.
"¿Cómo vamos a encontrar la solución?"Ana miró a su amiga y le dijo:"Lucia, sé que puedes hacer esto. Eres muy inteligente y tienes mucha creatividad para encontrar soluciones ingeniosas. "Las palabras de Ana dieron fuerzas a Lucía para seguir adelante.
Se concentró en el problema otra vez e intentó diferentes estrategias hasta dar con la respuesta correcta. Finalmente lo logró! Y cuando lo hizo se sintió tan feliz como nunca antes había estado. "¡Lo hice!", gritó emocionada.
"¡Resolví el problema!"Ana la abrazó y le dijo:"¡Lo sabía! ¡Eres increíble!"Lucía se dio cuenta de que a veces, para resolver problemas difíciles, necesitamos la ayuda de alguien más.
Y también aprendió que no hay nada que no pueda hacer si se lo propone. Desde aquel día en adelante, Lucía siempre trabajaba duro en matemáticas y nunca dejaba de buscar soluciones creativas a los problemas más difíciles.
Y aunque todavía encontraba desafíos por el camino, siempre recordaba las palabras de su amiga Ana: "Sé que puedes hacer esto".
FIN.