Super Capibara y el León Tirano
En un rincón lejano de la selva, vivía Super Capibara, un capibara con poderes extraordinarios, capaz de volar, moverse a super velocidad y, lo más importante, siempre creía en la bondad de los demás. Un día, mientras volaba sobre el bosque, vio a sus amigos animales, el conejo, la tortuga y el loro, muy preocupados.
"¿Qué pasa, amigos?" - preguntó Super Capibara con su voz suave y amable.
"Es el León Tirano, Super Capibara!" - dijo el conejo temblando de miedo. "Está causando problemas por toda la selva!"
Super Capibara miró a su alrededor y pudo ver al León Tirano, un león enorme y feroz que había decidido tomar el control de la selva, asustando a todos los animales para que obedecieran sus órdenes.
"No se preocupen, yo me encargaré de él!" - afirmó Super Capibara con firmeza.
Con un potente aleteo, Super Capibara voló en dirección a la cueva del León Tirano. Al llegar, encontró al león sentado en un gran trono de rocas, mirando a sus súbditos con desdén.
"¡Detente, León Tirano!" - exclamó Super Capibara. "No necesitas asustar a nadie para que te respeten!"
El león rugió con fuerza "¿Y quién se atreve a desafiarme?" - su voz resonó como un trueno.
"Soy yo, Super Capibara! Y voy a demostrarte que hay otra forma de liderazgo, una que no necesita miedo!"
El León Tirano no pudo evitar reírse.
"¿Y qué harás tú, pequeño capibara? Solo soy el rey de la jungla!"
Super Capibara inquirió con seriedad.
"Un verdadero rey cuida y protege a su reino, no lo amenaza. Los animales tienen derecho a vivir sin miedo. ¡Te invito a un desafío!"
El León Tirano, intrigado y algo despectivo, aceptó.
"Está bien, ¿qué propones?"
Super Capibara sonrió, sabía que el poder de la amistad podía hacer maravillas.
"Vamos a organizarnos y hacer una competencia de habilidades. Si ganas, continuarás siendo rey, pero si yo gano, tendrás que prometer que dejarás de asustar a los demás y los ayudarás en vez de amenazarlos. ¿Qué dices?"
El león aceptó el reto, pensando que sería una manera fácil de demostrar su superioridad.
"¡Comencemos!" - rugió, mientras los animales curiosos se reunían para ser testigos del evento.
La primera prueba fue una carrera, y Super Capibara, con su super velocidad, cruzó la meta primero, dejando al León Tirano atónito.
"¡Esto es solo suerte!" - gritó el león, furioso.
La siguiente prueba era de fuerza, donde el León Tirano, dominante en este ámbito, levantó grandes rocas con facilidad.
"¡Mira mi poder!" - se jactó, mientras los animales lo aclamaban.
Super Capibara no se desanimó.
"La fuerza no lo es todo. Vamos a la última prueba, la de habilidades sociales!"
Los dos debían ayudar a los animales que necesitaban algo. El León Tirano, aún convencido de su poder, intentó asustar a un pájaro que estaba atrapado en una rama. Pero el pájaro, asustado, no se movió.
"¡Déjate! ¡Soy el rey!" - rugió, pero el pájaro seguía parado en su lugar.
Super Capibara se acercó, hablando suave y amablemente.
"Deja que te ayude, amigo. Solo hay que hacer un poco de palanca aquí.. ¡Listo! Tu libertad está asegurada!"
Todos los animales aplaudieron y vitorearon a Super Capibara. El León Tirano, al verse atónito y sin respuestas, comprendió lo que había sucedido.
"Quizás no necesito ser un tirano para ser un rey..." - musitó el león, mirando a su alrededor y viendo lo que era la verdadera amistad.
Los animales animaron a Super Capibara, quien había demostrado que el verdadero liderazgo se basaba en el respeto y la amistad.
"Gracias, Super Capibara. Me has enseñado que puedo ser un buen rey sin asustar a los demás. ¡Prometo cambiar!"
Super Capibara sonrió, contento de haber logrado un cambio positivo.
Al regresar a casa, todos los animales decidieron que a partir de ahora trabajarían juntos, ayudándose mutuamente y viviendo en armonía.
Y así, el León Tirano se convirtió en el León Amable, mientras que Super Capibara continuaba volando alto, como un símbolo de esperanza y amistad en la jungla.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.