¡Súper Perezosos!


Había una vez en la selva un grupo de animales muy perezosos. Ellos pasaban todo el día durmiendo y comiendo sin hacer ningún tipo de ejercicio.

El problema era que cada vez estaban más gorditos y no tenían energía para jugar ni divertirse. Un día, el león, que era el rey de la selva, se dio cuenta de la situación y decidió tomar cartas en el asunto.

Convocó a todos los animales a una reunión en donde les dijo:"Queridos amigos, hemos estado llevando una vida sedentaria y poco saludable. Nuestros cuerpos están débiles y nos falta energía para disfrutar de nuestra hermosa selva. Por eso, he decidido que todos hagamos ejercicios juntos".

Los demás animales se sorprendieron al escuchar estas palabras del león. Al principio no estaban muy convencidos, pero sabían que algo tenía que cambiar. Entonces, comenzaron con simples ejercicios como saltar la soga y hacer carreras cortas por toda la selva.

Los primeros días fueron difíciles para ellos porque no estaban acostumbrados a moverse tanto, pero poco a poco empezaron a sentirse mejor. El mono fue el primero en notar cambios positivos en su cuerpo.

Se sentía más ágil y fuerte para trepar por los árboles. Esto lo motivó aún más a seguir haciendo ejercicio. La jirafa también experimentó grandes beneficios al hacer ejercicios.

Sus piernas largas se fortalecieron y ya no le costaba tanto esfuerzo alcanzar las hojas altas de los árboles. El elefante descubrió que al correr podía moverse más rápido y con mayor agilidad. Esto le permitió escapar de los peligros de la selva con mayor facilidad.

El tigre, que siempre había sido muy veloz, notó que al hacer ejercicios su velocidad aumentaba aún más. Ahora podía cazar con mayor eficiencia y llevar comida a su familia sin problemas.

Poco a poco, todos los animales de la selva empezaron a ver los beneficios de hacer ejercicio. No solo se sentían más fuertes y ágiles, sino que también tenían más energía para jugar y divertirse juntos. Un día, mientras jugaban en el río, vieron una trampa colocada por unos cazadores furtivos.

Gracias a sus cuerpos fuertes y enérgicos, pudieron escapar rápidamente antes de caer en ella. "¡Gracias al ejercicio que hemos estado haciendo podemos salvar nuestras vidas!", exclamó el león emocionado.

Desde ese día, todos los animales siguieron haciendo ejercicios regularmente para mantenerse sanos y fuertes. Además, organizaron competencias deportivas donde podían demostrar sus habilidades físicas y celebrar juntos lo mucho que habían mejorado.

Y así fue como los animales de la selva descubrieron las maravillas del ejercicio físico: no solo les ayudaba a mantenerse en forma, sino que también les daba la fuerza necesaria para enfrentar cualquier desafío que se les presentara en la vida.

Desde entonces, vivieron felices y saludables en su hermosa selva llena de alegría y movimiento.

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