Superando los Miedos



Había una vez, en un pequeño pueblo, un niño llamado Martín que vivía con sus abuelitos. Sus abuelitos, a quienes él amaba muchísimo, tenían un secreto muy especial: ¡eran monstruos! Pero no unos monstruos malos, sino pequeños monstruos vampiros y momias que solo asustaban a las pesadillas.

Una noche, Martín tuvo un sueño aterrador. Soñó que un enorme monstruo lo perseguía por un bosque oscuro, y tenía tanto miedo que no podía moverse. Cuando finalmente despertó, estaba temblando y sudando. Rápidamente corrió hacia la habitación de sus abuelitos.

"Abuelito, abuelita, tuve una pesadilla muy fea", dijo Martín con voz temblorosa.

"No te preocupes, querido. Nosotros te ayudaremos a superar tus miedos", dijeron sus abuelitos al unísono, con una sonrisa amable. En un abrir y cerrar de ojos, se transformaron en pequeños monstruos divertidos. El abuelito se convirtió en un vampiro con una capa roja brillante, y la abuelita se convirtió en una momia con vendas coloridas.

"Vamos a convertir tus miedos en pequeñas victorias", dijo la abuelita momia con entusiasmo.

Los abuelitos monstruos llevaron a Martín a la cocina y juntos cocinaron galletitas de chocolate en forma de monstruos para que él pudiera vencer su miedo a las pesadillas. Después, jugaron a disfrazarse de monstruos y corrieron por la casa riendo a carcajadas, para que Martín dejara de temer a la oscuridad. Y así, poco a poco, Martín empezó a sentirse valiente y divertido.

Cuando llegó la hora de dormir, los abuelitos monstruos le contaron cuentos de aventuras donde los héroes eran pequeños monstruos valientes que enfrentaban sus miedos y lograban grandes cosas. Martín se durmió con una sonrisa en el rostro y esta vez, no tuvo pesadillas.

A partir de ese día, Martín ya no tenía tanto miedo a las pesadillas ni a la oscuridad. Sus abuelitos monstruos lo ayudaron a descubrir que, con amor y diversión, podía superar cualquier miedo y convertirlo en una pequeña victoria. Y así, con esa valentía, Martín siguió construyendo sus sueños cada día, sabiendo que sus abuelitos monstruos estarían siempre allí para ayudarlo a enfrentar cualquier situación.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!