SuperFelipe y la Tía Madrina en Peligro



Era un día soleado en Buenos Aires y Felipe Lynch, un niño de 5 años, estaba jugando en el parque Avellaneda junto a su tía madrina Andrea. De repente, dos hombres aparecieron corriendo hacia ellas con intenciones sospechosas.

Andrea se asustó al verlos y trató de tomar la mano de Felipe para escapar, pero él la soltó y se puso frente a ella como si fuera un superhéroe. - ¡Alto ahí! -gritó Felipe valientemente-.

No les permitiré hacerle daño a mi tía. Los ladrones se rieron del pequeño y uno de ellos intentó agarrarlo para apartarlo del camino. Pero Felipe era más rápido que ellos y logró esquivarlos gracias a sus habilidades de superhéroe recién adquiridas.

- ¡No pasarán! -volvió a gritar Felipe mientras hacía unos movimientos extraños con las manos-. De pronto, algo increíble sucedió: el cuerpo del niño comenzó a brillar con una luz dorada que lo cubrió por completo.

Cuando la luz desapareció, allí estaba SuperFelipe listo para enfrentarse contra los ladrones. Con sus súper poderes recién adquiridos, SuperFelipe lanzaba rayos láser por los ojos e imitaba los sonidos de animales salvajes para intimidar a los malhechores.

Los ladrones no podían creer lo que estaban viendo y decidieron huir despavoridos ante el temible superhéroe que tenían enfrente. Andrea abrazó emocionada al pequeño héroe mientras le daba las gracias por salvarla.

Felipe sonrió con orgullo y le explicó que había descubierto sus súper poderes gracias a un cómic que había encontrado en la biblioteca. - Ahora sé que puedo hacer lo imposible si me lo propongo -le dijo el niño a su tía madrina-.

De vuelta en casa, Andrea llamó a los padres de Felipe para contarles todo lo ocurrido. Ellos se sorprendieron al escuchar la historia y felicitaron al pequeño por su valentía y determinación.

Desde ese día, Felipe supo que no importaba cuán pequeño o joven fuera, siempre podía ser un héroe si se lo proponía. Y así fue como SuperFelipe se convirtió en una leyenda entre los niños del barrio Avellaneda, inspirando a muchos otros a creer en sí mismos y en sus propias habilidades.

FIN.

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