Susy, el Conjo del Suburbio
En un suburbio lleno de ruidos y luces, vivía una conja llamada Susy. Sus grandes ojos marrones reflejaban la preocupación que sentía desde que tuvo a sus adorables crías. Había sido una conji joven y curiosa, pero un día, tras un largo día de juego, se dio cuenta de que estaba sola. "¿Dónde están los demás?"- se preguntó, buscando entre los arbustos y las piedras. Aunque ella había cuidado de sus pequeños con mucho amor, el barrio era un lugar complicado y, tras un tiempo, Susy se sintió perdida.
Un día, mientras Susy y sus bebitos buscaban comida, una familia que paseaba por el parque notó lo simpáticos que eran. Eran cuatro pequeños conejitos, llenos de energía, que saltaban y jugaban felices. Una niña llamada Sofía fue la primera en acercarse. "¡Mamá, mirá cuántos conejitos!"- gritó, emocionada. La mamá, que siempre había querido tener una mascota, sonrió. "Podríamos adoptar a una familia de conejitos, ¿no crees, Sofía?"-
Decidieron llevar a Susy y a sus bebés a su hogar. En su nuevo hogar había un hermoso jardín lleno de flores y vegetales. "¡Esto es un paraíso!"- pensó Susy mientras exploraba su nuevo hogar.
Sin embargo, con el tiempo, Susy comenzó a sentirse insegura. "¿Y si se cansan de nosotros?"- le dijo a su bebé más grande, que siempre la miraba con adoración. "No te preocupes, mamá, no somos solo conejitos. ¡Somos parte de su familia!"- le respondió.
A medida que pasaban los días, Susy se dio cuenta de que la familia la quería de verdad. La pequeña Sofía pasaba horas en el jardín, riendo y jugando junto a los conejitos. Un día, Sofía decidió hacer una fiesta en el jardín para presentar oficialmente a Susy y a sus bebés. "¡Vamos a hacer una fiesta de conejitos!"- dijo emocionada. Los amigos de Sofía también fueron invitados, y llenaron el jardín de risas y alegría.
Mientras los niños jugaban, un perro del barrio llegó al jardín y asustó a Susy y a sus bebés. "¡Corre, Susy!"- gritó Sofía mientras intentaba espantar al perro. Los conejitos se escondieron, pero Susy, en lugar de abandonar a sus bebés, decidió ser valiente. "¡No te preocupes, estoy aquí!"- les dijo a sus pequeños. Susy saltó frente al perro e hizo un ruido fuerte. El perro, sorprendido, decidió irse.
"¡Qué valiente, mamá!"- dijo el pequeño conejito mientras todos volvían a la normalidad. Desde ese día, Susy se sintió más segura y querida. "No estoy sola. Tengo una familia que me apoya"- pensó. Sofía se dio cuenta de que Susy era una mamá muy especial y la abrazó. "Siempre estaremos juntos, Susy, te prometo que cuidaremos de vos y tus bebés por siempre."-
Pasaron los meses, y la familia de Susy creció feliz en su nuevo hogar, donde siempre había amor, juegos y protección. Susy aprendió que, aunque a veces las cosas no salgan como uno quiere, siempre hay esperanzas y oportunidades para encontrar el amor en los lugares más inesperados. Y así, en aquel suburbio lleno de ruidos y luces, Susy, la conja valiente, vivió feliz, rodeada de su nueva familia, gracias a su amor y valentía por proteger a sus bebés.
FIN.