Taco de la Familia


En la Comunidad Troncones, todos los vecinos estaban felices porque se acercaba el festival anual de tacos organizado por Delia, una señora muy alegre y talentosa en la cocina. Todos esperaban con ansias probar sus deliciosos tacos.

Jose y Ana eran dos jóvenes enamorados que vivían en Troncones. Se conocieron en el festival de tacos del año anterior y desde entonces no se habían separado.

Sin embargo, Ana comenzó a sentirse insegura debido a las críticas constantes de sus padres sobre su relación con Jose. Un día, antes del festival de tacos, los padres de Ana le dijeron que no podía seguir viendo a Jose.

Le decían que era un chico irresponsable y que no era adecuado para ella. Esto hizo que Ana se sintiera aún más insegura y triste. -¿Qué vamos a hacer, Jose? Mis padres no quieren que estemos juntos -le dijo Ana entre sollozos. -Tranquila, mi amor.

Encontraremos una manera de demostrarles que nos amamos de verdad -respondió Jose con determinación. Esa noche, mientras todos dormían en Troncones, Jose y Ana prepararon un plan secreto. Decidieron participar juntos en el concurso de mejor taco del festival al día siguiente.

Al llegar al festival, Delia los recibió con alegría y les deseó suerte en el concurso. Los padres de Ana los miraban sorprendidos desde lejos. -¡Vamos, equipo! ¡A dar lo mejor de nosotros! -exclamó Jose animando a Ana.

Los jóvenes trabajaron juntos como un verdadero equipo. Mientras Jose cocinaba la carne para los tacos, Ana preparaba las salsas y decoraba los platos con maestría.

Llegó el momento de la degustación y todos los asistentes probaron los tacos de Jose y Ana. El jurado probó cada uno atentamente hasta llegar al último bocado.

Después de unos minutos eternos, anunciaron al ganador: ¡Jose y Ana! Su taco fue elegido como el mejor del festival por su sabor único y su presentación creativa. Los padres de Ana se acercaron emocionados a felicitarlos. Habían visto cómo trabajaban juntos en armonía y dedicación, demostrando cuánto se apoyaban mutuamente. -Estamos orgullosos de ustedes dos.

Se nota que se aman sinceramente -dijo la mamá de Ana con lágrimas en los ojos. Desde ese día, los padres de Ana aceptaron la relación entre ella y Jose. Comprendieron que lo importante era ver la felicidad genuina en sus rostros cuando estaban juntos.

Y así, Jose y Ana continuaron disfrutando del amor verdadero que tenían el uno por el otro; recordando siempre aquel festival donde demostraron que juntos podían superar cualquier obstáculo.

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