Tarta de manzana para amigos del espacio

La abuela se encontraba en la cocina preparando un delicioso que de manzana. La casa estaba en silencio, excepto por el sonido de la cuchara revolviendo la mezcla y el suave tintineo de los platos.

De repente, un extraño ruido interrumpió su tranquilidad. Era un zumbido que parecía venir del jardín. La abuela decidió salir a investigar. Al salir al jardín, la abuela se sorprendió al ver una nave espacial aterrizando justo en frente de ella.

De ella salieron muchos marcianitos hambrientos. La abuela no sabía qué hacer, pero rápidamente recordó su deliciosa tarta de manzana. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia adentro para buscarla y compartirla con sus nuevos amigos.

Cuando regresó al jardín con la tarta, los marcianitos estaban muy felices y emocionados por probarla. Pero cuando iban a darle una mordida, uno de ellos dijo:"¡Esperen! No podemos comer esto sin antes preguntarle a nuestro líder".

Los marcianitos discutieron entre sí durante unos minutos hasta que finalmente llegaron a una decisión. El líder tomó la palabra:"Abuela, esta tarta tiene un olor muy dulce y tentador. Pero antes de comerla debemos saber si es segura para nosotros".

La abuela explicó que era completamente segura para todos los seres vivos y les ofreció probarla nuevamente. Los marcianitos comieron con entusiasmo mientras conversaban con la abuela sobre sus aventuras en el espacio exterior.

La abuela estaba fascinada por su historia y se dio cuenta de que no importa cuán diferentes sean, siempre hay algo que nos une como seres vivos. Después de compartir la tarta y las historias, los marcianitos agradecieron a la abuela y regresaron a su nave espacial.

La abuela se quedó en el jardín mirando hacia el cielo nocturno con una sonrisa en su rostro. Esa noche, la abuela aprendió que incluso los extraterrestres pueden ser amigos si les damos la oportunidad.

Y también descubrió que una simple tarta de manzana puede unir a seres tan diferentes como un humano y un marciano.