Tatiana y la Poción Misteriosa
Había una vez una niña llamada Tatiana, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un espeso bosque. Tatiana era muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras. Una soleada mañana, decidió que quería explorar el bosque, así que se subió a su colorido carro de juguete que tenía ruedas y fue pidiendo a gritos algunas provisiones para el viaje.
"Mamá, ¿me das un bocadillo y una botella de agua?" - le pidió Tatiana a su madre con una sonrisa.
"Claro, hijita, pero ten cuidado y vuelve antes del atardecer" - le respondió su madre, mientras le daba el bocadillo y el agua.
Tatiana, emocionada, se adentró en el bosque, disfrutando de cada paso que daba. Los pájaros cantaban y las mariposas volaban a su alrededor. Sin embargo, al cabo de un rato, notó que el camino se hacía menos familiar. De repente, la niña se encontró frente a una cabaña pequeña, cubierta de enredaderas. Cuando se acercó, vio que la puerta estaba entreabierta.
"¿Quién vive aquí?" - se preguntó Tatiana en voz alta.
Con un poco de miedo pero mucha curiosidad, empujó la puerta y entró. En el interior, encontró a una anciana con un sombrero puntiagudo que estaba mezclando algo en un gran caldero.
"¡Hola, pequeña!" - exclamó la anciana. – "Soy la bruja del bosque, ¿qué te trae por aquí?".
"Hola... estoy explorando el bosque y me perdí un poco" - respondió Tatiana, sintiendo que su voz temblaba.
La bruja sonrió y le dijo: "No hay problema, los bosques son grandes y a veces es fácil perderse. ¿Quieres ayudarme? Estoy haciendo una poción mágica".
Tatiana, emocionada, respondió: "¡Sí! Me encantaría ayudarte". La bruja le explicó que la poción necesitaba ingredientes especiales, como flores de colores, hojas brillantes y la risa de un niño, para que tuviera un efecto alegre.
Empacando su carro con algunas flores y hojas que encontró, Tatiana empezó a reírse para que la bruja pudiera captar la esencia de su risa. Sin embargo, cuando iba a dar un grito de alegría, una sombra grande pasó volando sobre su cabeza.
“¿Qué fue eso? ” - gritó Tatiana con miedo. La bruja la calmó, "No te preocupes, a veces los cuerpos amigos en el bosque hacen ruidos raros".
Pero justo cuando estaban a punto de terminar la poción, un pequeño grupo de criaturas del bosque —ardillas, pájaros y hasta un ciervo— comenzaron a asustarse y a correr en todas direcciones. La bruja, preocupada, dijo: “Parece que algo está inquietando a nuestros amigos del bosque. Necesitamos averiguar qué está pasando antes de continuar con la poción".
Tatiana, llena de valentía, respondió: "Puedo ayudar! Tal vez juntos podamos descubrirlo". Y así, la bruja y Tatiana salieron de la cabaña, siguiendo a los animales mientras se adentraban más en el bosque.
Finalmente, llegaron a un claro donde vieron a un grupo de animales husmeando alrededor de un gran árbol. Una colmena, que contenía a las abejas, parecía estar en peligro.
"¡Oh no! Las abejas se han sentido amenazadas y no saben por qué!" - explicó Tatiana. La bruja pensó por un momento y luego dijo: "Creo que necesitamos ayudarla. Alguien ha estado tirando basura cerca del árbol, ¡debemos limpiarlo para que las abejas estén a salvo!".
Tatiana, junto con la bruja y los animales, comenzaron a recoger la basura y a limpiar el área. Mientras lo hacían, Tatiana se dio cuenta de cómo la naturaleza es nuestro hogar y que debíamos cuidar de ella. Al terminar, las abejas comenzaron a volver más tranquilas, zumbando felices alrededor de las flores.
"¡Lo logramos!" - exclamó Tatiana. La bruja sonrió y asintió, "Gracias a ti, los animales del bosque pueden vivir en paz nuevamente".
De vuelta en la cabaña, terminaron la poción y la bruja le dio un frasco con el líquido brillante a Tatiana. "Esta es una poción mágica que sólo se activa con el espíritu de la alegría y la amistad. Llévala contigo y compártela con tu pueblo", le dijo la bruja.
Tatiana se despidió de la bruja y se fue a su casa, llena de cosas que había aprendido ese día. El bosque no solo era un lugar de aventura, sino también un lugar que merecía ser protegido y cuidado.
Cuando llegó a su hogar, compartió la historia con su madre y todos los vecinos, y desde ese día, Tatiana se convirtió en una defensora del bosque, cuidando la naturaleza y recordando a todos la importancia de trabajar juntos por el bien común.
Y así, la magia del bosque seguía brillando, no solo en la poción, sino también en el corazón de todos los que decidieron cuidar de su hogar.
FIN.