Teololo y el Hechizo del Bosque



Érase una vez en un hermoso bosque lleno de colores y sonidos, un elefante llamado Teololo. Era un elefante muy especial, ya que tenía el mágico poder de convertirse en cualquier animal que deseara. Un día, mientras paseaba entre los árboles, escuchó ruidos extraños. "¿Qué será eso?"- se preguntó con curiosidad. Al acercarse, vio algo que lo sorprendió: los Humanos Azules de Agua estaban peleando furiosamente.

"¡Soltame!"- gritó uno de ellos, mientras un grupo de Humanos Azules intentaba atraparlo.

"¡No quiero!"- respondió el otro, empujando y gritando. Teololo se sintió triste. "¿Por qué pelean? Son amigos, ¿no?"- pensó.

Entonces, decidió acercarse. Cuando llegó, los Humanos Azules se detuvieron y lo miraron con ojos confundidos. "¿Quién eres tú?"- preguntó uno de ellos, intrigado. "Soy Teololo, el elefante que puede convertirse en cualquier animal! He venido a ver qué sucede aquí"- respondió con su voz amable.

Pero los humanos estaban tan enojados que ni siquiera lo escucharon. Teololo se dio cuenta de que había algo extraño en el aire. Recordó una leyenda que contaba sobre un antiguo libro mágico que, si caía en las manos equivocadas, podía hacer que la violencia y la pelea invadieran el corazón de las criaturas del bosque.

"¡Eso es!"- exclamó Teololo. "Debo encontrar ese libro y romper el hechizo!"- Y así, se transformó en una ardilla para moverse rápidamente entre los árboles y buscar el libro.

Después de un rato, encontró una cueva oculta tras unas grandes rocas. En su interior, brillaba un libro con una cubierta dorada. "Este debe ser el libro mágico"- pensó Teololo. Se acercó temerosamente y, al tocarlo, sintió una extraña energía recorriendo su cuerpo.

Abrió el libro y leyó en voz alta las palabras de un hechizo que decía: "En el bosque donde el agua brilla, la amistad se convierte en turbulenta orilla"-. Teololo sabía que lo que tenía que hacer era romper el hechizo, no con una varita mágica, sino poniendo en práctica la verdadera amistad.

Así que se transformó en un hermoso pájaro azul y voló cerca de los Humanos Azules. "¡Amigos!"- cantó Teololo. "¿Por qué pelean si podrían jugar juntos en el agua?"-

Los humanos, sorprendidos por el canto, dejaron de lado sus diferencias y comenzaron a mirarse entre ellos. Teololo continuó: "¡Miren! No hay nada más hermoso que jugar y compartir! ¿Por qué no lo intentan?"-

Los Humanos Azules de Agua se quedaron en silencio, reflexionando sobre lo que habían escuchado. Uno de ellos dijo: "Tenés razón, tenemos que dejar de pelear"- y al escuchar esas palabras, el agresor del grupo se sintió abrumado de vergüenza. "Lo siento, amigo. No sé por qué dejé que la ira me dominara"- dijo.

Con el tiempo, todos comenzaron a hablar, a reír y a recordar los buenos momentos que habían tenido juntos. Teololo tomó un profundo suspiro y sonrió al darse cuenta de que su plan había funcionado.

Una luz brillante emanó del libro y, en ese instante, el hechizo se rompió. Los Humanos Azules de Agua se sintieron renovados, amables y agradecidos.

"¡Gracias, Teololo! Sin tu ayuda, no habríamos encontrado el camino hacia la amistad"- dijeron al unísono.

Desde ese día, los Humanos Azules de Agua y todos los animales del bosque vivieron en armonía. Teololo, orgulloso de haber traído la paz, decidió ser el guardián de la amistad en el bosque, siempre recordando a todos la importancia de resolver las diferencias con amor y diálogo.

Y así, Teololo el elefante, siguió convirtiéndose en diferentes animales y ayudando a los que lo necesitaban. El bosque se llenó de risas y colores, y todos entendieron que la verdadera magia reside en la bondad del corazón.

FIN.

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