Teres Sweet Adventure
Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Olivia. Vivía en una granja junto a sus padres y tenía una perra muy especial llamada Tere.
A Olivia le encantaba pasar tiempo al aire libre y disfrutar de la naturaleza. Un día soleado, mientras Olivia se encontraba cuidando las vacas en el campo, tuvo una idea emocionante.
Se acercó corriendo a su mamá y le dijo: "¡Mamá, quiero llevar a Tere a la plaza para que juegue con otros perros!"Su mamá sonrió y asintió con la cabeza. "Está bien, pero asegúrate de cuidarla y mantenerla siempre cerca de ti", le advirtió.
Olivia saltó de alegría y rápidamente preparó a Tere para la aventura en la plaza. Juntas caminaron por el sendero que llevaba al centro del pueblo. Cuando llegaron allí, se encontraron con muchos niños jugando y risas llenaban el aire.
Olivia soltó a Tere para que corriera libremente junto a los demás perros. Pero algo inesperado sucedió: Tere vio un conejo correteando por el parque y salió persiguiéndolo sin dudarlo un segundo. - ¡Tere! ¡Vuelve aquí! - gritó Olivia desesperada mientras corría detrás de ella.
El conejo era rápido y logró escapar entre los arbustos antes de que pudieran alcanzarlo. Olivia estaba triste porque había perdido a su amiga peluda, pero decidió no rendirse.
Después de buscar durante horas sin éxito, finalmente encontraron un rastro familiar: unas huellas de patas en el suelo. Siguiendo las pisadas, llegaron a una pequeña tienda de chocolates.
- ¡Mira, Tere! - exclamó Olivia emocionada - ¿Crees que entró aquí? Sin pensarlo dos veces, empujaron la puerta y entraron en la tienda. El delicioso aroma del chocolate llenaba el aire y sus ojos se iluminaron al ver todos los dulces expuestos. Detrás del mostrador estaba un amable señor llamado Don Carlos.
Al ver a Olivia con lágrimas en los ojos, se acercó y le preguntó qué le pasaba. - Perdí a mi perra Tere mientras perseguía a un conejo - explicó ella tristemente. Don Carlos sonrió y dijo: "No te preocupes, sé dónde está tu perrita".
Olivia se sorprendió y preguntó: "¿Dónde está?"El hombre abrió una pequeña puerta detrás del mostrador y allí estaba Tere, rodeada de cajas de chocolates. Parecía haber encontrado su propio paraíso canino. Olivia corrió hacia Tere y la abrazó con fuerza.
Estaba tan feliz de haberla encontrado sana y salva.
Don Carlos les contó que había visto a Tere persiguiendo al conejo hasta la tienda e imaginando que era su compañera ideal para probar todos los chocolates nuevos que había recibido ese día, decidió dejarla entrar mientras buscaba a su dueña. Olivia comprendió que no debía culpar a Tere por seguir sus instintos naturales y aprendió sobre la importancia de cuidarla adecuadamente cuando estuvieran fuera de casa.
Agradecida por la amabilidad de Don Carlos, Olivia decidió compartir su alegría con los demás. Invitó a todos los niños del pueblo a unirse a ella en la tienda para disfrutar de una tarde llena de chocolates y juegos.
Desde aquel día, Olivia y Tere se convirtieron en las mejores amigas de Don Carlos y visitaban regularmente su tienda. Juntos, crearon un espacio donde todos podían disfrutar de momentos dulces mientras aprendían sobre el valor de la responsabilidad y el cuidado mutuo.
Y así, cada vez que alguien en el pueblo necesitaba encontrar algo perdido o simplemente quería disfrutar de un buen chocolate, acudían al lugar donde Olivia caballos las vacas, lleva a Tere a la plaza ¡y encuentran el chocolate más delicioso!
FIN.