The Butterflys Garden



Había una vez un niño llamado Amadeo, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Amadeo era un niño muy curioso y aventurero, siempre buscaba nuevas formas de divertirse.

Un día, mientras exploraba los alrededores del pueblo, Amadeo se encontró con una hermosa mariposa azul. Era la mariposa más bonita que había visto en su vida y quedó completamente cautivado por su belleza. Desde ese momento, decidió llamarla —"Maribel" .

Amadeo pasaba todo el tiempo libre siguiendo a Maribel por el campo, tratando de atraparla para tenerla cerca. Pero Maribel siempre volaba muy rápido y se escapaba de él. Un día, mientras intentaba alcanzar a Maribel, Amadeo tropezó y cayó al suelo.

Se lastimó la rodilla y comenzó a llorar de dolor y frustración. En ese momento apareció Mateo, un niño mayor que vivía en el mismo pueblo. Mateo era conocido por ser muy sabio y amable con todos los niños del lugar.

Mateo se acercó a Amadeo y le preguntó qué le había pasado. Entre sollozos, Amadeo le contó sobre su amor por Maribel y cómo siempre se escapaba de él.

Mateo sonrió comprensivamente y dijo: "Amadeo, las mariposas son criaturas libres que necesitan volar para sentirse felices. No puedes atrapar a Maribel porque simplemente no está destinada a estar encerrada.

"Amadeo secó sus lágrimas y mirando fijamente a Mateo preguntó: "Entonces ¿qué puedo hacer para estar cerca de Maribel?"Mateo pensó por un momento y luego dijo: "Amadeo, en lugar de tratar de atrapar a Maribel, ¿por qué no intentas crear un hermoso jardín lleno de flores que le gusten? Así ella vendrá a visitarte y podrás disfrutar de su compañía sin tener que capturarla.

"Los ojos de Amadeo se iluminaron con entusiasmo. Siguiendo el consejo de Mateo, decidió construir un jardín lleno de flores coloridas y fragantes. Durante semanas, Amadeo trabajó duro cavando hoyos, plantando semillas y regando las plantas.

Cada día esperaba ansioso la llegada de Maribel. Un día soleado, mientras Amadeo estaba admirando su jardín recién florecido, Maribel apareció volando alrededor. Se posó delicadamente sobre una flor y comenzó a beber néctar.

Amadeo se acercó lentamente y susurró: "Hola Maribel, estoy muy feliz de verte aquí. " La mariposa pareció escucharlo y extendió sus alas hacia él. Desde ese día, Maribel comenzó a visitar el jardín todos los días.

Amadeo pasaba horas observándola volar entre las flores y disfrutaba cada segundo junto a su primer amor. Con el tiempo, otros niños del pueblo también descubrieron el hermoso jardín creado por Amadeo. Les encantaba pasar tiempo allí jugando rodeados de mariposas y flores.

La historia del primer amor de Amadeo se convirtió en una inspiración para todos los niños del pueblo. Aprendieron que a veces, en lugar de tratar de atrapar lo que amamos, debemos crear un espacio donde puedan ser libres y felices.

Y así, Amadeo enseñó una valiosa lección sobre el amor y la libertad a todos los niños del pueblo, convirtiéndose en un héroe para ellos.

Desde entonces, cada vez que veían una mariposa azul volando por el cielo, recordaban la historia de Amadeo y se sentían inspirados a amar y respetar la belleza natural del mundo.

FIN.

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