The Butterflys Guardian


Había una vez en un hermoso bosque, un conejo llamado Benito. Era un conejo muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras exploraba cerca del río, escuchó un suave llanto que venía de entre los arbustos. Curioso como era, Benito se acercó corriendo a ver qué sucedía. Para su sorpresa, encontró a una pequeña mariposa atrapada entre las ramas de un árbol. "¡Ayuda! ¡Ayuda!" - exclamaba la mariposa con desesperación.

Benito se acercó rápidamente y dijo: "No te preocupes, pequeña mariposa. ¡Voy a ayudarte!"Con mucho cuidado, el conejo comenzó a desenredar las alas de la mariposa de las ramas del árbol.

Pero entonces notó algo extraño: las alas de la mariposa estaban dañadas y no parecían estar en condiciones para volar. "¿Qué te pasó? ¿Por qué no puedes volar?" - preguntó Benito con tristeza.

La mariposa suspiró y explicó: "Cuando era solo una larva, tuve un accidente y mis alas quedaron lastimadas. Desde entonces no puedo volar". El conejo sintió mucha compasión por la pobre mariposa e inmediatamente decidió ayudarla. "No te preocupes", le dijo amablemente. "Yo seré tus alas".

A partir de ese día, Benito llevaba a la mariposa sobre su espalda para que pudiera disfrutar del mundo desde las alturas. Juntos exploraban el bosque, visitaban el río y se encontraban con otros animales.

Un día, mientras paseaban cerca del lago, Benito vio a un grupo de aves que estaban construyendo sus nidos en los árboles. La mariposa estaba fascinada con la idea de tener su propio hogar. "¿Crees que podríamos construir un nido para mí?" - preguntó emocionada.

El conejo sonrió y dijo: "¡Claro que sí! Encontraremos una forma de hacerlo". Benito buscó ramas y hojas secas mientras la mariposa daba indicaciones desde su espalda.

Juntos, construyeron un pequeño nido en lo alto de un árbol, donde la mariposa podría descansar y sentirse segura. Desde entonces, Benito se convirtió en el mejor amigo y protector de la mariposa. Juntos superaron muchos obstáculos y vivieron muchas aventuras emocionantes.

Poco a poco, otros animales del bosque comenzaron a admirar la amistad entre el conejo y la mariposa. Se dieron cuenta de que no importa las dificultades o limitaciones que uno pueda tener, siempre hay alguien dispuesto a ayudarnos y estar ahí para nosotros.

Y así fue como Benito demostró al mundo que incluso sin poder volar, una mariposa puede encontrar alegría y felicidad gracias al amor incondicional de un amigo verdadero.

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