The Butterflys Message


Había una vez una niña llamada Carina que era muy especial. Desde pequeña, tenía la habilidad de ver y hablar con seres mágicos, como hadas y duendes.

Pero había un ser en particular que extrañaba mucho: su abuelito Ángel, quien ahora vivía en el cielo. Carina y su abuelito Ángel eran muy cercanos. Pasaban horas juntos jugando, contándose historias y riendo a carcajadas.

Pero un día, el abuelito Ángel se fue al cielo dejando a Carina con el corazón roto y sintiendo un gran vacío en su vida. Desde entonces, Carina no podía evitar sentir tristeza cada vez que pensaba en su abuelito Ángel. Extrañaba sus dulces palabras de aliento y sus cálidos abrazos.

Quería volver a estar cerca de él, pero no sabía cómo. Un día soleado mientras caminaba por el bosque encantado, Carina se encontró con una mariposa brillante que parecía tener algo importante para decirle.

La mariposa se posó delicadamente sobre el hombro de Carina y comenzó a hablar:"Hola Carina", dijo la mariposa con una voz dulce. "He oído tus deseos de estar cerca de tu abuelito Ángel nuevamente".

Carina quedó sorprendida al escuchar a la mariposa hablar directamente con ella. Sin embargo, estaba emocionada por recibir algún mensaje sobre su querido abuelo. "Sí", respondió Carina emocionada. "Extraño mucho a mi abuelito Ángel".

La mariposa sonrió amablemente y continuó: "Carina, aunque tu abuelito Ángel no esté físicamente contigo, siempre estará en tu corazón. Él te quiere mucho y desea verte feliz". Carina se sintió reconfortada al escuchar esas palabras. La mariposa tenía razón, su abuelito Ángel viviría por siempre en su recuerdo y amor.

"Pero ¿cómo puedo sentirme cerca de él?", preguntó Carina con curiosidad. La mariposa voló delicadamente frente a los ojos de Carina y dijo: "Cierra tus ojos y piensa en un hermoso recuerdo que tengas con tu abuelito Ángel.

Imagínate allí, sintiendo su amor y cariño a tu alrededor". Carina siguió las instrucciones de la mariposa.

Cerró los ojos y pensó en el día en que ella y su abuelito Ángel habían construido juntos un castillo de arena en la playa. Recordaba cómo se reían mientras el viento soplaba sus cabellos. De repente, Carina sintió una ráfaga cálida de aire rodeándola. Abrió los ojos lentamente para encontrarse cara a cara con su querido abuelito Ángel.

"¡Abuelito!", exclamó Carina emocionada mientras lo abrazaba fuertemente. "Te extrañé tanto". El abuelito Ángel sonrió dulcemente mientras acariciaba el cabello de Carina. "Yo también te extrañé mi niña", dijo.

"Pero estoy aquí ahora para recordarte que siempre estaré contigo, incluso cuando no puedas verme". Carina se sintió tan feliz y agradecida de tener un momento especial con su abuelito Ángel. Aprendió que aunque las personas queridas puedan irse físicamente, su amor y recuerdos perduran para siempre.

A partir de ese día, Carina encontró consuelo en saber que su abuelito Ángel la estaba cuidando desde el cielo. Sabía que podía hablarle en sus pensamientos y sentirlo cerca cuando más lo necesitara.

Y así, Carina aprendió una valiosa lección sobre el poder del amor y cómo los seres queridos siempre están presentes en nuestros corazones, sin importar dónde estén.

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