The Butterflys Quest


Había una vez una hermosa mariposa llamada Margarita que vivía en un colorido jardín rodeado de flores y plantas. Margarita era muy curiosa y siempre estaba explorando nuevos lugares.

Un día, mientras volaba por el jardín, se encontró con una ráfaga de viento que la empujó hacia un bosque desconocido. Margarita se dio cuenta de que se había perdido y no sabía cómo regresar a su hogar. Estaba asustada pero decidió mantener la calma y buscar ayuda.

Mientras volaba entre los árboles del bosque, escuchó un ruido proveniente de lo profundo del bosque.

Intrigada, Margarita siguió el sonido hasta llegar a un claro donde se encontraban varios animales jugando juntos: un conejo, una ardilla y un pajarito. Se acercó tímidamente y les preguntó si podían ayudarla a encontrar su camino de regreso al jardín. El conejo, llamado Benito, fue el primero en responder: "¡Claro que te ayudaremos! Pero antes necesitas descansar y recobrar energías".

La ardilla, llamada Rosita, añadió: "Sí, tienes razón Benito. Ven con nosotros". Los tres amigos llevaron a Margarita a su hogar en el bosque: una cálida madriguera bajo un gran árbol.

Le ofrecieron néctar dulce para beber y frutas frescas para comer. Mientras descansaba, le contaron historias sobre sus aventuras en el bosque. Al día siguiente, Margarita decidió que era hora de intentar encontrar su camino de regreso al jardín.

Los animales se ofrecieron a acompañarla y así, juntos, emprendieron el viaje. Caminaron por senderos estrechos, saltaron sobre rocas y atravesaron arroyos. En cada paso del camino, Margarita aprendía algo nuevo sobre el bosque y sus habitantes.

Benito le enseñó cómo esquivar las ramas bajas, Rosita le mostró cómo trepar a los árboles y el pajarito le dio consejos para volar más alto.

Después de un largo día de aventuras y descubrimientos, finalmente llegaron a la orilla de un río que separaba el bosque del jardín. Margarita miró tristemente hacia el otro lado mientras decía: "No sé cómo cruzarlo". El pajarito llamado Pepe dijo: "No te preocupes, tengo una idea".

Voló hasta la punta de un árbol cercano y regresó con una hoja grande en su pico. Con cuidado colocaron la hoja en el agua para crear un puente improvisado. Margarita fue la primera en cruzar con éxito gracias al ingenioso plan de Pepe.

Los demás animales siguieron detrás de ella sin problemas. Cuando finalmente llegaron al jardín, Margarita les dio las gracias a sus nuevos amigos por ayudarla a regresar a casa.

Estaba muy emocionada de reunirse con su familia y contarles todas las increíbles aventuras que había vivido en el bosque. Desde ese día en adelante, Margarita siempre recordaría su valiente viaje por el bosque y estaría eternamente agradecida por los amigos maravillosos que había encontrado en el camino.

Juntos, demostraron que la amistad y la ayuda desinteresada pueden superar cualquier obstáculo, incluso cuando se trata de una pequeña mariposa perdida en un bosque desconocido.

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