The Dragons Flame


Santiago se acercó cautelosamente al castillo, maravillado por su imponente estructura. Al entrar, se encontró con un anciano sabio que lo recibió con una cálida sonrisa. "-Bienvenido, valiente caballero", dijo el anciano.

"Has sido guiado hasta aquí por la brújula mágica para cumplir tu destino". Santiago estaba emocionado y curioso. "-¿Cuál es mi destino?" preguntó ansiosamente. El anciano le explicó que dentro del castillo vivía un dragón encerrado en una jaula de cristal.

El dragón había perdido su fuego y necesitaba la ayuda de Santiago para encontrarlo nuevamente. "-Pero ¿cómo puedo ayudar a un dragón a encontrar su fuego?", preguntó Santiago intrigado.

El anciano le entregó una poción especial y le dijo: "-Esta poción tiene el poder de despertar la valentía interior del dragón. Debes darle esta poción y guiarlo hacia las montañas donde los volcanes aún arden". Santiago aceptó el desafío sin dudarlo y partió hacia la jaula del dragón.

Cuando llegó, vio al majestuoso ser atrapado en cristales brillantes. "-Hola, noble dragón", saludó Santiago con amabilidad. "He venido a ayudarte a recuperar tu fuego". El dragón suspiró tristemente.

"-No sé si podré volver a ser quien era antes", dijo con voz temblorosa. Santiago se acercó lentamente al dragón y le ofreció la poción mágica. Con cada sorbo, el dragón empezó a sentir un calor en su interior.

Poco a poco, sus escamas comenzaron a brillar y su fuego renació. Emocionado, Santiago guió al dragón hacia las montañas. En el camino, se encontraron con diversos obstáculos que pusieron a prueba su valentía y trabajo en equipo.

Juntos superaron trampas, rescataron animales atrapados y ayudaron a los habitantes del reino. Finalmente, llegaron a las montañas donde los volcanes rugían con fuerza. El dragón sintió la energía de la lava ardiente y dejó escapar una llamarada de fuego tan poderosa que iluminó todo el cielo.

"-¡Lo logramos!", exclamó Santiago emocionado. "-Has recuperado tu poder". El dragón asintió con gratitud y dijo: "-Gracias por recordarme quién soy realmente. Has demostrado ser un verdadero héroe".

Santiago sonrió orgulloso y regresó al castillo junto al dragón liberado. El anciano sabio lo felicitó por su valentía y le dijo: "-Has cumplido tu destino y te has convertido en un verdadero caballero".

Desde ese día, Santiago se convirtió en el protector del reino junto al dragón que había salvado. Juntos enseñaban a todos sobre la importancia de encontrar nuestro valor interior para enfrentar cualquier desafío. Y así, Santiago demostró que no hace falta buscar fuera de uno mismo para encontrar la valentía necesaria para triunfar.

El verdadero coraje siempre está dentro de cada uno de nosotros, solo hay que creer en él y permitirle brillar como nunca antes.

Dirección del Cuentito copiada!