The Dragons Flame
Había una vez un pequeño dragón llamado Drakukeo que vivía en el mágico bosque de Flama Rust. Drakukeo era diferente a los demás dragones, ya que no tenía la habilidad de lanzar fuego por la boca como sus amigos.
Un día, mientras exploraba el bosque, Drakukeo se encontró con Lucasguti, un niño aventurero y curioso. Lucasguti estaba fascinado por las historias de los dragones y siempre soñaba con ser amigo de uno.
Al ver a Drakukeo, Lucasguti se acercó emocionado y le dijo: "¡Hola! Soy Lucasguti. ¿Eres un verdadero dragón?". Drakukeo bajó la cabeza avergonzado y respondió: "Sí, soy un dragón, pero no puedo lanzar fuego como los demás".
Lucasguti sonrió amablemente y dijo: "No importa si no puedes lanzar fuego. Seguro tienes muchas otras cualidades maravillosas". Los dos se hicieron amigos rápidamente y comenzaron a pasar tiempo juntos en el bosque.
Drakukeo admiraba la valentía y astucia de Lucasguti mientras este apreciaba la dulzura y lealtad del pequeño dragón. Un día, mientras jugaban cerca del Launchsite (un lugar lleno de rocas espaciales), escucharon un ruido extraño proveniente del cielo.
Miraron hacia arriba para descubrir que una roca espacial había caído cerca de ellos. Sin pensarlo dos veces, Lucasguti decidió investigar qué había sucedido mientras Drakukeo lo seguía cautelosamente. Al acercarse a la roca, se dieron cuenta de que algo extraño estaba ocurriendo.
La roca espacial emitía una luz brillante y parecía tener poderes mágicos. Lucasguti decidió tocarla y, para su sorpresa, se sintió lleno de energía y valentía.
Drakukeo también tocó la roca y sintió cómo su cuerpo se llenaba de un fuego interno diferente al que sus amigos dragones poseían. Se dio cuenta de que ese fuego especial era único y tenía el poder de ayudarlo en situaciones difíciles.
A partir de ese momento, Drakukeo descubrió que podía controlar el fuego dentro de sí mismo para realizar actos heroicos y proteger a los demás. Juntos, Drakukeo y Lucasguti formaron un equipo imparable.
Con su nueva habilidad, Drakukeo salvó a animales atrapados en incendios forestales, ayudó a construir refugios seguros para los habitantes del bosque e incluso rescató a otros dragones en apuros. A medida que pasaba el tiempo, Drakukeo se convirtió en un modelo a seguir para todos los jóvenes dragones del bosque.
Les enseñó que no importa si eres diferente o si no tienes las mismas habilidades que los demás; lo importante es encontrar tus propias fortalezas y usarlas para hacer el bien. Lucasguti también aprendió una valiosa lección: nunca juzgar por las apariencias.
A pesar de ser diferentes, él vio en Drakukeo un amigo leal y valiente capaz de superar cualquier obstáculo con su corazón noble.
Y así, Drakukeo y Lucasguti demostraron que la verdadera amistad y el valor no tienen límites, y que todos podemos ser héroes a nuestra manera, sin importar nuestras diferencias. Juntos, construyeron un mundo mejor donde todos eran valorados por lo que eran en su interior.
FIN.