The Gift of Friendship



Rudy era un niño muy activo y curioso. En el colegio, siempre estaba buscando nuevas aventuras y desafíos para divertirse. Pero lo que más le apasionaba eran los libros.

Cada tarde, después de la escuela, se encerraba en su habitación y se sumergía en las páginas llenas de historias fantásticas. Un día, mientras Rudy jugaba fútbol con sus amigos en el patio del colegio, vio a un grupo de niños más pequeños mirando desde lejos.

Se acercó a ellos y les preguntó:- ¿Por qué no juegan con nosotros? Los niños bajaron la cabeza tímidamente y uno de ellos respondió:- Es que somos nuevos aquí y todavía no nos animamos a jugar con los grandes.

Rudy sintió compasión por esos niños y decidió hacer algo al respecto. Al día siguiente, llevó algunos libros que había terminado de leer al colegio y se acercó nuevamente al grupo de niños tímidos. - ¡Hola! -saludó Rudy-.

¿Les gustaría leer estos libros? Son muy interesantes. Los ojos de los niños brillaron de emoción mientras tomaban los libros entre sus manos. A medida que pasaban las semanas, Rudy comenzó a enseñarles cómo leer e interpretar las historias.

Los chicos descubrieron un nuevo mundo lleno de aventuras dentro de esas páginas. Pero Rudy también quería compartir su otra pasión: cantar.

Un día, propuso organizar un coro en el colegio para mostrarle al resto lo maravilloso que era cantar juntos. Todos estuvieron entusiasmados con la idea y comenzaron a ensayar canciones populares. El coro de Rudy se volvió muy popular en el colegio. Incluso recibieron una invitación para cantar en un festival local.

Los niños estaban emocionados y ensayaron con más dedicación que nunca. Sin embargo, justo antes del festival, uno de los chicos del coro enfermó y no pudo participar. Todos estaban tristes, pero Rudy rápidamente tuvo una idea.

- ¿Qué tal si lo reemplazamos por alguien? -propuso Rudy-. Podemos buscar a alguien que tenga ganas de cantar con nosotros. Los demás asintieron emocionados y comenzaron la búsqueda.

Después de varios intentos, encontraron a Juanito, un niño tímido pero talentoso que siempre había querido formar parte de un coro. Ahora tenía la oportunidad de cumplir su sueño. El día del festival llegó y el coro subió al escenario con entusiasmo.

Cantaron hermosas canciones y el público quedó maravillado con su actuación. Al finalizar, recibieron una ovación de pie. Rudy estaba orgulloso de todo lo que habían logrado juntos como equipo.

Había demostrado a todos que no importa cuán grande o pequeño seas, siempre hay algo valioso que puedes compartir con los demás. Desde aquel día, Rudy siguió leyendo libros, cantando y jugando fútbol en el colegio; pero también continuó buscando nuevas formas de ayudar a los demás a descubrir sus pasiones y talentos ocultos.

Porque sabía que cuando compartes tus dones con los demás, creas una comunidad fuerte y llena de alegría.

FIN.

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