The Guardians of Enchanted Forest



Había una vez, en lo más profundo de la selva argentina, un bosque mágico lleno de aventuras y sorpresas.

Este bosque era muy especial, ya que estaba rodeado por vías de tren que le daban un toque único y emocionante. Un día, dos amigos llamados Lucas y Martina decidieron explorar el bosque mágico. Eran curiosos y valientes, así que no les asustaba adentrarse en lugares desconocidos.

Al caminar entre los árboles altísimos, descubrieron unas lianas colgando del cielo. Sin pensarlo dos veces, saltaron sobre ellas y se balancearon como Tarzán. De repente, las lianas los llevaron hacia una laguna cristalina.

El agua brillaba con todos los colores del arcoíris debido a las piedras preciosas que había en el fondo. Lucas y Martina se quedaron maravillados ante tal belleza. "¡Wow! ¡Mira todas esas piedras preciosas! Son tan hermosas", exclamó Martina emocionada. "Sí, son increíbles", respondió Lucas mientras recogía algunas para observarlas de cerca.

Pero justo cuando estaban disfrutando del tesoro natural frente a ellos, escucharon un ruido extraño proveniente de la cueva donde se encontraban las piedras preciosas. Intrigados y llenos de curiosidad, decidieron entrar para investigar.

Al entrar a la cueva oscura y llena de brillos resplandecientes, se encontraron con una criatura pequeña pero sabia: un duende llamado Ernesto. "¡Hola! Soy Ernesto el duende guardián de las piedras preciosas. ¿Qué hacen aquí?", preguntó el duende con una sonrisa. "Hola, Ernesto.

Somos Lucas y Martina, dos amigos aventureros que estaban explorando el bosque mágico", respondió Lucas. Ernesto les explicó que estas piedras eran muy especiales porque cada una tenía un poder único y especial.

Algunas tenían la capacidad de sanar, otras de otorgar sabiduría y algunas hasta podían hacer realidad los deseos más profundos. Lucas y Martina quedaron asombrados ante tal revelación.

Pero Ernesto les advirtió que solo aquellos con buen corazón podían usar estas piedras para hacer el bien en el mundo. "¿Cómo podemos demostrarle a las piedras que tenemos buen corazón?", preguntó Martina con determinación.

Ernesto sonrió y les propuso un desafío: debían pasar por diferentes pruebas dentro del bosque mágico para demostrar su valentía, amistad y compasión hacia los demás seres vivos. Así comenzaron las aventuras de Lucas y Martina en busca de completar las pruebas del duende guardián.

Ayudaron a animales heridos, resolvieron problemas entre otros habitantes del bosque e incluso salvaron a un pajarito atrapado en una telaraña gigante. Después de superar todas las pruebas, Ernesto estaba impresionado por la nobleza y bondad de estos dos amigos.

Les entregó dos pequeñas bolsitas llenas de piedras preciosas como recompensa por sus acciones heroicas. Desde ese día, Lucas y Martina se convirtieron en guardianes del bosque mágico. Aprendieron a usar las piedras preciosas con sabiduría y siempre las usaron para ayudar a los demás.

El bosque mágico se convirtió en un lugar aún más especial gracias a la amistad, el coraje y la compasión de estos dos amigos.

Y así, cada vez que alguien visitaba el bosque, podía ver cómo Lucas y Martina compartían su amor por la naturaleza y hacían del mundo un lugar mejor. Y colorín colorado, esta historia llena de magia y aprendizajes ha terminado.

FIN.

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