The Healing Honey


Había una vez una abejita amarilla llamada Lola que vivía en un hermoso jardín lleno de flores coloridas. A Lola le encantaba volar de flor en flor, recolectando néctar para hacer la deliciosa miel que tanto le gustaba.

Un día, mientras volaba por el jardín, Lola se encontró con su amiga Mariquita. Mariquita era muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras. "¡Hola Lola! ¿Qué estás haciendo?" -preguntó Mariquita emocionada. "Estoy recolectando néctar para hacer miel.

¡Es tan dulce y deliciosa!" -respondió Lola con entusiasmo. Mariquita nunca había probado la miel y decidió acompañar a Lola en su tarea.

Juntas volaron hacia las flores más bonitas del jardín y recogieron todo el néctar que pudieron encontrar. Cuando llegaron a la colmena, se encontraron con una situación inesperada. La reina abeja les informó que todas las abejas obreras habían caído enfermas y no podían producir más miel.

Lola y Mariquita sintieron mucha tristeza al escuchar esto. Sabían lo importante que era la miel para su comunidad y también cuánto les gustaba a todos sus amigos insectos. Decididas a ayudar, Lola y Mariquita buscaron soluciones por todo el jardín.

Finalmente, encontraron un libro antiguo sobre plantas medicinales en la biblioteca de los gusanitos de seda. Encontraron una planta llamada "Flor Sanadora" que tenía propiedades curativas para las abejas. Rápidamente, Lola y Mariquita volaron hacia la flor y recolectaron su néctar.

De vuelta en la colmena, comenzaron a alimentar a las abejas enfermas con el néctar de la Flor Sanadora. Poco a poco, las abejas empezaron a recuperarse y pronto estuvieron listas para volver al trabajo.

La reina abeja estaba muy agradecida con Lola y Mariquita por su valiosa ayuda. Como muestra de gratitud, les permitió quedarse en la colmena y disfrutar de toda la miel que quisieran.

Lola y Mariquita se convirtieron en grandes amigas de todas las abejas de la colmena. Juntas trabajaban duro para recolectar néctar y producir miel para compartir con todos los insectos del jardín. Desde ese día, Lola aprendió que ayudar a los demás puede traer grandes recompensas.

Además, entendió lo importante que es trabajar en equipo para superar cualquier obstáculo. Y así, Lola y Mariquita vivieron felices en la colmena, compartiendo su amor por la miel con todos sus amigos insectos del jardín.

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