The Magic Book of Kindness


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, dos niños muy traviesos y rebeldes llamados Tomás y Sofía. Eran conocidos por hacer travesuras y meterse en problemas constantemente.

Un día, mientras jugaban en el parque del pueblo, encontraron una caja misteriosa escondida entre los arbustos. Sin pensarlo dos veces, decidieron abrirla para ver qué había dentro. Para su sorpresa, encontraron un libro antiguo con letras doradas que decían: "El Libro de la Transformación".

Intrigados por lo que podría ser ese libro, decidieron llevárselo a casa sin decirle a nadie.

Al llegar a sus habitaciones, comenzaron a leer las primeras páginas y descubrieron algo increíble: el libro tenía el poder de transformarlos en cualquier cosa que desearan. Tomás rápidamente dijo: "-¡Vamos a usar este libro para hacer todas las travesuras que queramos sin ser atrapados!"Sofía sonrió maliciosamente y respondió: "-¡Sí! ¡Seremos los niños más traviesos del mundo!".

Así comenzó su aventura de travesuras usando el poder del Libro de la Transformación.

Se convirtieron en pájaros para robar frutas de los árboles sin ser vistos, se transformaron en gatos para asustar a las personas del pueblo e incluso se hicieron invisibles para gastar bromas pesadas. Pero poco a poco, Tomás y Sofía empezaron a darse cuenta de que sus acciones tenían consecuencias negativas.

La gente del pueblo estaba cada vez más enfadada con ellos y ya no querían jugar ni hablar con ellos. Se sentían solos y tristes. Un día, mientras paseaban en forma de perros por el parque, vieron a un grupo de niños jugando felices sin ellos.

Sofía suspiró y dijo: "-¿Sabes qué Tomás? Creo que hemos estado usando mal el poder del libro". Tomás asintió y respondió: "-Tienes razón Sofía. Nos hemos convertido en niños malos y eso no nos hace felices".

Decidieron dejar de usar el libro para hacer travesuras y comenzaron a utilizarlo para hacer cosas buenas por los demás. Se transformaron en bomberos para apagar un incendio, se convirtieron en médicos para curar a personas enfermas e incluso se hicieron jardineros para embellecer el pueblo.

Con cada acto de bondad, su reputación comenzó a cambiar. La gente del pueblo empezó a verlos como dos niños valientes y generosos. Y lo más importante, Tomás y Sofía se sintieron bien consigo mismos al ayudar a los demás.

El tiempo pasó y Villa Alegre se convirtió en un lugar mejor gracias al cambio de actitud de Tomás y Sofía. El Libro de la Transformación fue guardado en un lugar seguro donde nadie pudiera volver a usarlo con malas intenciones.

Tomás y Sofía aprendieron una valiosa lección: que ser travieso no es divertido si lastimas a los demás, pero ser bueno puede traer alegría tanto a uno mismo como a quienes nos rodean.

Desde ese día, Tomás y Sofía dejaron atrás su vida como "niños malos" para convertirse en "niños buenos", siempre dispuestos a ayudar y hacer el bien. Y juntos, encontraron la verdadera felicidad en las sonrisas de aquellos a quienes ayudaban.

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